No todas las grasas son iguales
La grasa corporal es uno de los elementos que más se menciona al momento de hablar de temas como la salud y sus cuidados en general.
Se trata de una sustancia de gran importancia para el correcto funcionamiento del organismo, se debe encontrar en todos los cuerpos y cumple funciones básicas para considerar a una persona “sana” y en buen estado.
La grasa es formada principalmente por los compuestos químicos de nombre “lípidos”, mismos que se obtienen para dar energía al cuerpo junto con los carbohidratos, y al igual que las proteínas, existen diversos tipos.
En general, las grasas cumplen funciones como aportar energía, proteger a los órganos del cuerpo, aislar del medio ambiente, lubricar, regular la temperatura corporal y hasta servir como productor de hormonas, sin embargo es necesario dejar en claro que no toda la grasa en nuestro interior es igual.
Las diferencias
Existen dos tipos fundamentales de grasa, la esencial y la almacenada.
La primera tiene el objetivo de proteger y garantizar un equilibrio en órganos y todas las partes del cuerpo, por lo que generalmente se puede encontrar en los músculos, adherida al sistema nervioso e incluso dentro de la médula espinal. En el caso de los hombres no debe representar menos del 3 ni más del 5 por ciento del peso total del cuerpo, para las mujeres la regla aplica en no menos de 8 y no más de 12 por ciento.
Se llaman grasas “esenciales” debido a que no pueden ser sintetizadas, los alimentos que pueden proporcionar este tipo de sustancias de forma más directa son los de origen animal, como el huevo, la carne, el pescado. Se recomienda siempre vigilar la disponibilidad de estos lípidos para una salud “buena”.
El segundo tipo de grasas, la “almacenada”, es la que apoya al organismo en su función de reserva energética, todo el exceso de consumo energético es convertido en grasa en zonas específicas, posteriormente es utilizado si es necesario. La mayor parte de la comunidad médica indica que en hombres y mujeres no debe representar más del 20 por ciento del peso corporal, tampoco menos del ocho por ciento, cualquier parámetro fuera de estos rangos se considera como “no saludable”.
Este segundo tipo de grasas son precisamente las que, si se concentran demasiado, generan problemas como la obesidad y el sobrepeso. La grasa almacenada suele concentrarse generalmente en el área del tórax, caderas y piernas (en el caso de las mujeres), en los hombres se concentra principalmente en el área abdominal. Se trata de un mecanismo automático en el que el cuerpo forra los órganos principales para tareas de aislamiento, regulación de temperatura y protección física.
De esta forma se generan los cuerpos característicos de las personas con sobrepeso y obesidad, a mayor cantidad de grasa corporal aumenta la probabilidad de aumentar kilogramos de peso.
Sin embargo, existen ciertas reglas que se tienen que consultar para saber si tenemos muy poca, mucha o la grasa corporal adecuada, esto independientemente del peso que se tenga.
El Índice de Masa Corporal
El hecho de que una persona tenga mucho peso no significa necesariamente que tenga exceso de grasa corporal, algunas personas de mucha estatura evidentemente tendrán más peso que otras con menor estatura.
Entonces, para saber si una persona tiene una salud adecuada respecto a su peso se encuentra disponible la fórmula del Índice de Masa Corporal (IMC).
Este IMC se trata de los kilogramos totales del individuo sobre la estatura, luego se eleva el número al cuadrado para conocer cuanta masa corporal se tiene y compararlo con una tabla de rangos.
Para que quede un poco más claro, pongamos un ejemplo calculemos el IMC de una persona que mide 1.60 metros y pesa 75 kilos.
IMC = 75 / 1.60 x 1.60
El resultado de 1.60 x 1.60 es 2.6
Teniendo este resultado, seguimos con la fórmula:
IMC = 75 / 2.6
IMC = 28.9
De acuerdo con el resultado de esta simple operación matemática podremos obtener muchos resultados, números que no significarán gran cosa hasta compararlos con la siguiente correlación de estados físicos.
Si el resultado del IMC es menor a 16 se considera que la persona sufre de severa desnutrición.
-Menor a 18.5 se considera de bajo peso.
-En el rango de 18.5 a 25 se considera el peso ideal de la persona.
-Si es resultado de 25 a 29 se considera a la persona con sobrepeso.
-Si es resultado de 29 a 34 se considera ya como obesidad.
-De 34 a 38 se considera como obesidad severa.
-Cualquier parámetro más allá de los 39 se clasifica en los diversos tipos de la obesidad mórbida, también llamada de alto riesgo.
El Índice de Masa Corporal se trata de una de las aproximaciones más confiables para saber si se tiene demasiada masa grasa, no obstante se trata de una operación matemática que no nos ofrece un panorama tan completo como un chequeo médico o unos estudios profesionales, ya que no toma en cuenta factores como la complexión o el desarrollo del músculo.
En caso de que una persona realice mucho ejercicio y tenga músculos desarrollados la fórmula no será del todo confiable, pues la masa muscular tendrá más peso que el porcentaje de grasa.
El calculo del IMC lo puede realizar hoy en día cualquier persona con una báscula en casa, sin embargo las recomendaciones y tratamientos médicos para regresar a algún parámetro de salud normal debe hacerlos solamente un especialista.
Las grasas no pueden ser solamente eliminadas de nuestra dieta, tampoco pueden representar una gran parte de la alimentación, como cualquier elemento en nuestro cuerpo debe de tener un equilibrio.
Un consumo balanceado de grasas saturadas, polisaturadas y de cualquier clase debe realizarse en compañía de una dieta balanceada, en todos los casos no debe de olvidarse que las grasas deben de formar sólo entre el 30 y el 35 por ciento del total de las calorías ingeridas en un día.
Todas las calorías que se ingieran en exceso serán convertidas automáticamente en grasas de reserva, esto a menos de que se trate de alguna persona con problemas hormonales o que requiera distintas cantidades de calorías. También hay que recordar que una dieta ideal siempre será la que se personalice, ningún grupo de alimentos o programa para nutrir será igual en todos los seres humanos, esto debido a que no todos realizamos las mismas actividades o vivimos en el mismo ambiente.
Fuente: Rocío Ledesma, médico general.
En general, las grasas cumplen funciones como aportar energía, proteger a los órganos del cuerpo, aislar del medio ambiente, lubricar, regular la temperatura corporal y hasta servir como productor de hormonas.