El estudio realizado por el Consejo Nacional de Desarrollo Social, el Coneval, no es acertado al sostener que a México le tomará más de 118 años atender el atraso educativo donde más de 31 millones de personas se encuentran en condiciones de analfabetismo o no concluyeron sus estudios de primaria y secundaria. El dato no es preciso pues la investigación realizada por el Instituto Nacional de Educación para los Adultos muestra que el número de mexicanos con capacidades mínimas de educación se incrementó en más de 3.6 millones en las últimas dos décadas cuando pasó de 29 millones 700 mil a 33 millones 400 mil. A pesar de estar hablando de tanto tiempo es fantasioso suponer que en nuestro país se va a superar el problema que ofrece la catástrofe educativa y que será casi en 120 años cuando estará resuelto, pues de este mismo problema se ha venido hablando por muchos años y ni siquiera hay el interés de los involucrados o de quienes tienen en sus manos la mejora del trabajo docente enseñanza-aprendizaje en despertar la conciencia y tomar en cuenta que el futuro de niños y jóvenes está en sus manos, a muchos -no a todos- este pensamiento les sigue valiendo queso. Argumenta el Coneval que la restricción presupuestal ocasionó se limitaran las atenciones a las necesidades de la sociedad, pero además cada año unos 75 mil jóvenes mayores de quince años se suman a los que no terminaron su instrucción básica. Un dato más preciso que ofrece el Consejo es que por la falta de dinero no se pudieron atender las necesidades de aprendizaje de 213 mil 505 personas entre los años 2005 y 2012; sin embargo atrae algo en esta última parte del comentario que tiene que ver con la corrupción pues muchas veces el dinero si sale, pero no llega y aquí en Torreón hay profesores que cubren interinatos y realizan otras labores docentes sin recibir nada a cambio salvo la promesa de ser tomado en cuenta en la posibilidad de darles horas de trabajo. Según Coneval, el programa destina mil millones de pesos en forma anual para la entrega de pagos y gratificaciones de asesores, pero si hay ineficacias en la forma de pago, fallas en el control de la entrega de recursos y riesgos de corrupción ¿que?. Lo cierto es que en México cuatro de cada diez personas mayores de 15 años están en situación de rezago educativo y quienes no lo están, o bien los que salieron de secundaria y preparatoria -la mayoría-, ofrecen serias deficiencias en la práctica de la lectura y en resolver problemas básicos. Bajo este panorama es fácil pensar en gente con más posibilidades de desempleo, recibir bajos salarios, o bien trabajar sin prestaciones y en general, careciendo de conocimientos mínimos para procurar formas de vida saludables. El deterioro educativo persiste, México sigue ocupando el último lugar de desempeño entre los países de la OCDE y así se aprecia al observar los resultados de la última prueba aplicada en el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA). Lamento mucho decir que el Consejo Nacional de Desarrollo Social se equivoca al suponer que se superará el rezago educativo, pues un problema que no se atiende no se resuelve y esto es lo que se aprecia en nuestro sistema educativo. Lo observamos en los problemas que se presentan cada vez que inician las clases, en los profesores que abandonan las aulas por andar en otras cosas. No se puede calcular en cuánto tiempo se resolverá un problema, cuando ni siquiera hemos iniciado su solución.
Por Martín Chávez
