Para qué le hacemos al vivo, la privatización de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) inició hace mucho tiempo, desde que se modificaron puntos contenidos en la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica en 1992, cuando el sector privado en la generación de energía eléctrica en México creció sobre todo extranjero, bajo la figura de productores externos de energía, autoabastecimiento, cogeneración, importación y exportación y fue en 1997 cuando la Comisión Reguladora de Energía concedió el primer permiso como productor independiente a la empresa de Estados Unidos AES. En la actualidad, el capital privado genera más del 45 por ciento del total de energía que se produce en México con un total de 494 permisos vigentes. Lo grave de todo este proceso de privatización oculto que ha generado polémica en las tribunas más importantes del país es que está a la vista de cualquier persona interesada en el tema en la misma Comisión Federal de Electricidad. ¿Qué pasa pues? La verdad, es que como ya está muy avanzada esta transición ahora el problema es -como siempre ocurre en nuestra nación-, aparentar el respeto a la soberanía y el cumplimiento a las leyes del país…Puro cuento.Si la privatización es positiva, pues adelante, pero por qué engañar a la gente. Bueno, hasta se publicó en medios nacionales que durante la administración de Felipe Calderón la empresa Iberdrola, principal generadora de energía eléctrica privada en México se benefició al pasar de productor independiente a autoabastecedor y convertirse así en proveedor de energía de grandes consorcios, incluso en nuestra región, Iberdrola en su central La Laguna en Durango, con el cambio mencionado se convirtió en abastecedor de grandes clientes y le dejó los pequeños consumidores a la CFE. El asunto aquí, en esto de la supuesta privatización, es que las empresas extranjeras que generan energía eléctrica desde hace años en nuestro país, lo hacen utilizando la red eléctrica creada durante 70 años por la CFE y Luz y Fuerza, kilómetros de líneas, transformadores y millones de postes con lo que llegan a cualquier parte del país. Iberdrola vende energía generada en La Laguna a otras empresas, pero esa electricidad pasa por la red de transmisión y distribución de CFE, infraestructura que no fue creada por extranjeros, pero que sí los beneficia. Pagan por ello una pequeña cuota conocida como porteo y en general en este proceso de privatización "secreta", se detectan muchos trucos como el hacer socios minoristas a empresas interesadas en el suministro con el fin de que no aparezca como una venta y cumplir así lo prohibido por la Constitución.
Si se avanza en el tema, en mi caso, se llega a un campo de tristeza y confusión, pues el proceso ofrece una maraña de autoengaños, intereses, enormes y cuestionados beneficios, uso del poder para aprovechar y tomar ventaja de las lagunas existentes en La Constitución, todo para ocultar algo que ya se hizo, pero que ahora se quiere dar a conocer enmarcado por la legalidad.
Por Martín Chávez
