Decían nuestros viejos, palabras sabias, que el dinero y la amistad son como el agua y el aceite, sencillamente no se combinan y cito esto porque a quien no le ha pasado que cuando presta dinero o hace un favor a alguien, no se imagina que se está metiendo en un problema serio. Es común que llega tu amigo y te pide cierta cantidad de dinero pidiendo la confianza para que tengas la seguridad de que "el lunes cambiando el cheque te pagará" y ocurre lo que en su mayoría, se cumple la fecha, pasan los días, las semanas, los meses y nada y sigue la segunda fase, cuando se encuentran los amigos el que prestó le reclama y el que pidió el favor se hace el ofendido y contesta "no tengo para pagarte, hazle como quieras" y en ese momento terminó una supuesta amistad que no fue más que una relación diluida por el dinero y el abuso. En los últimos diez días me he encontrado con tres camaradas que afrontan esta situación y los entiendo perfectamente porque a mi también me han bailado con un buen billete y en varias ocasiones. La Estrella, un amigo de la prepa, me dijo que lo fue a buscar su compadre y le pidió quince mil pesos y aunque le explicó en muchas ocasiones que no le podía prestar esa cantidad porque estaba destinada al pago de un material -La Estrella es pequeño empresario--, su compadre le insistió tanto que lo convenció. En tres días o a más tardar una semana le estaría regresando el dinero…y con intereses, le aclaró. Han pasado ya cuatro meses y La Estrella ya le puso alas a los quince mil pesos, será muy difícil, casi imposible que se los regresen, pero la consecuencia de este gesto de apoyo fue mayor, porque no adquirió el material que necesitaba para surtir un pedido y dejó de ganar una buena cantidad de dinero. Lo más amargo, me platica La Estrella, es que ha visto a su compadre despilfarrando dinero en centros comerciales caros y cuando lo ve ni siquiera le menciona lo del préstamo. Otro caso, es el de mi amigo Yoel, que le prestó dinero a un señor de avanzada edad supuestamente sin familia, dueño de un negocio, le prestó más de cien mil pesos sin la firma de documentos, nada. El señor le decía que no se preocupara pues su negocio estaba como garantía. Hace meses el señor falleció y salieron como cinco familiares que ya están reclamando el establecimiento, hay muchos otros tipos de favores que terminan mal, como el caso de mi primo David que le dio hospedaje en su casa a un amigo que resultó un holgazán de primera, como dicen los abuelos, no lavaba ni el plato donde comía. Después de vivir en la casa de mi primo por más de tres meses, David presionado por su esposa le pidió que se fuera y hasta ese momento duró la amistad, ahora ese amigo no le habla y a toda la gente que puede le habla mal de mi primo David. Como que este tipo de cosas le ha ocurrido a mucha gente, el dinero ha terminado con amistades, compadrazgos y hasta con lazos familiares que se presumían eran muy fuertes, sobre todo cuando se trata de las herencias. Lamento mucho lo que le ha pasado a mis conocidos y sólo me resta citar un comentario, no se quién lo dijo, parece que Maquiavelo. En la vida, el 10 por ciento de los problemas los tenemos por tontos, dijo más feo, pero el 90 por ciento restante los tenemos por metiches.
Por Martín Chávez