NORMATIVIDAD AGROPECUARIA
Existen en la sociedad muchos mitos respecto al consumo de carne de puerco y la repercusión en la salud humana, sin embargo, si no se exagera su consumo la carne de cerdo es una excelente y sabrosa opción en la dieta y deliciosa para compartir una comida familiar.
La carne de cerdo, siempre ha sido apreciada por la variedad en las formas de prepararlo y por su delicioso sabor, por ello forma parte de la dieta como una magnífica fuente de proteínas, vitaminas del complejo B y otros nutrimentos. Sobre todo la del cerdo adulto.
Su composición grasa la hace una excelente opción en la dieta, ya que el 48% de los ácidos grasos que contiene son del tipo monoinsaturados, lo que la convierten, junto a la carne de pollo, en una de las mejores posibilidades para comer carne con poco nivel de grasa.
La composición grasa de la carne de cerdo, la hace atractiva para el seguimiento de dietas equilibradas ya que, además de ser de ácidos grasos monoinsaturados, éstos están formados principalmente por ácido oleico, lo que ayuda a reducir los niveles de colesterol malo o LDL y a mantener o aumentar ligeramente el colesterol bueno o HDL.
La carne de cerdo no goza de excelente fama, a pesar de ser muy sabrosa y muy requerida en forma de taquitos, sobre todo en México. Pero si se eligen piezas magras y no se abusa de la cantidad y frecuencia en su consumo, es una magnifica opción para una dieta equilibrada y saludable, ya que contiene todos los nutrimentos esenciales para el cuerpo.
Contiene muy poco colesterol en comparación con alimentos como la yema del huevo, la mantequilla o ciertos tipos de queso, ya que tiene entre 60 y 80 miligramos de colesterol por cada 100 gramos de carne, lo que es más bajo que el que contienen algunas carnes de cordero y de vaca. Lo que contiene un alto contenido de colesterol son las vísceras, por lo que se debe limitar mucho su consumo.
Hay dos clases de carne de puerco: La del cerdo blanco, que tiene la carne más magra, y la del ibérico que se utiliza fundamentalmente en la elaboración de jamones y embutidos de calidad.
La parte trasera del cerdo es rica en proteína muscular y tiene gran valor nutritivo, pues contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para formar sus propias proteínas y son fácilmente absorbibles por el organismo. Es ideal para prepararla asada a la brasa o a la parrilla, (sobre todo los sábados, días festivos o "puentes" en la Comarca Lagunera, con los amigos, con los compañeros de trabajo o con la familia) por su bajo contenido graso y por resultar muy digestiva.
Las piezas delanteras necesitan una cocción más prolongada y es menos nutritiva. Contiene mucho colágeno que al cocerlo se convierte en "gelatina" difícil de digerir.
La carne porcina se distingue también por su alto contenido en grasa saturada, que es poco saludable, por estar relacionada con el aumento de colesterol en sangre, por lo que su consumo debe ser limitado, aunque también incluye ácidos grasos monoinsaturados (grasa buena) y aportan ácidos grasos esenciales, como el linolénico, necesarios en la alimentación.
El cerdo es un animal que ofrece muchas opciones según la procedencia y el tratamiento que se le dé a su carne, la que casi toda es utilizable ya que el 60% se consume en fresco y el resto se aprovecha para hacer salazones, ahumados, tocino, lomo, paté, jamones, entre otros.
Para elegir una buena carne de cerdo es importante que esté fresca, con un tono rosado-rojizo, firme al tacto, que no tenga líquidos o esté pegajosa, de buen olor, que no presente grumos o granos verdosos, blancos o amarillentos.
Prepare en estas vacaciones una deliciosa carne asada en casa y verá que es ideal para fortalecer los lazos de unión familiar. Ahora, si no tiene asador, va esta receta:
Ingredientes: 1kg de carne de puerco (lomo), 3 ajos, 15 tomates verdes, 6 chiles pasilla, sal, cebolla, 3 papas crudas. Preparación: se cuece la carne de puerco, con sal y cebolla. Se fríe en un cazuela, ajos, tomates verdes y chile pasilla hasta que estén suaves los tomates. Se muelen estos ingredientes, con el caldo en que se coció la carne con sal al gusto. Se doran las papas en aceite, y cuando estén un poco suaves, se le agrega la carne y la salsa y se deja hervir y ¡a comer!