El trigo existe desde aproximadamente el año 3.000 a. C., muchos documentos sobre agricultura datan de esa época. Desde entonces hasta la actualidad, ha resultado ser uno de los cereales más completos y de mayor beneficio para el organismo.
Actualmente las especies más conocidas son el trigo común o de pan (triticum aestivum) y el trigo duro o de fideo (triticum durum), pero tienen a sus existencias otras variedades que se han ido utilizando a lo largo del tiempo.
En la época Neolítica, en las zonas del este y del centro de Europa, se encontraron restos de diferentes tipos de trigo. La evolución de esta familia siempre ha interesado mucho a los científicos, ya que su consumo ha servido de elemento de subsistencia para miles de generaciones en todo el mundo. Incluso los pueblos griegos y romanos lo identificaron con deidades.
El trigo es cultivado en las zonas de clima templado y en algunas tropicales. En el resto del mundo se importa, como el grano de trigo entero, para luego molerlo en cada país y así poder aprovechar el resto para la elaboración e industrialización.
Los productos derivados: A la hora de escogerlo como base para otros alimentos el trigo adopta dos formas: por un lado, el que se presenta libre de envolturas y se emplea para fabricar harina, de la que se elaboran panes, galletas o pasteles. Y el segundo grupo es el de las preparaciones industriales que se utiliza entero; entre ellas: La bollería: que son alimentos realizados a partir de harina, azúcar, grasas y otros productos. Destacan por su elevado contenido de azúcares y escasas vitaminas y minerales. El pan: los ingredientes son la harina, sal, levadura y agua. Por la variedad de tipos de pan que existen es imposible el conocimiento de la composición de todos. Esa es la base y se pueden añadir frutas, azúcar, miel, entre otras cosas. La variedad integral es más rica en vitaminas. Pastas: Se elaboran a partir de trigo duro (que es más nutritivo que el blando) y pueden ser simples o compuestas -con ingredientes adicionales como verduras o queso. Adquieren variedad de formas (macarrones, espaguetis, ravioles, etc). Es la forma más habitual de consumir cereales. Sémola: son granos de trigo triturado con cáscara, incluyendo una variante llamada semolina que es más fina. Harina: es el principal producto originario de los cereales, resultado de moler el grano de trigo, se presenta sin impurezas. Trigo integral e inflado: el primero es el tipo más nutritivo que existe. En su elaboración no se desperdicia ningún compuesto vitamínico y se emplea para la elaboración de harinas refinadas. El inflado se consume, principalmente en desayunos y es el preferido de los niños.
El trigo se compone de carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales. Todos son importantes para el óptimo desarrollo del organismo. El trigo da al organismo mucha y óptima energía y fuerza. El pan es la mayor fuente de propiedades del trigo, sobre todo si es integral.
Para las personas que sufren afecciones estomacales, la forma más suave de consumir trigo es en zumo. Lo más importante para que no resulte perjudicial al estómago es cocerlo muy bien. Es rico en sales minerales (hierro) y como contiene mucha fibra, se recomienda para aquellas personas que padecen estreñimiento.
Lo más habitual es encontrarlo en cereales y galletas, además de diversos tipos de pan. Se recomienda también tomarlo en purés, bien con leche, caldo o incluso agua y verduras.
Las bebidas con trigo son muy saludables y entre ellas destacan las compuestas por una gran variedad de cereales que son de elevado contenido vitamínico y de efecto reconstituyente. Los polvos que se utilizan para elaborar bebidas de chocolate instantáneo también contienen trigo.
Con trigo se elaboran también cervezas, que pueden ser con o sin alcohol.
El trigo y la harina integral que se deriva de su molienda, son una fuente de fibra, vitaminas B y E, magnesio, zinc y selenio. Consumirlos, constituye una fuente de vitalidad y de nutrientes esenciales. El trigo es el cereal más adaptado para el consumo en Occidente. Es el más rico en sales minerales y además posee un gran número de oligoelementos y vitaminas (B1, B2, B12, D, E, K, PP). Con él se elabora todo tipo de pastas alimentarias. Aplicaciones: El trigo sarraceno: a pesar de su nombre, no es un cereal propiamente dicho. Sin embargo, su consumo es muy recomendable, ya que posee más calcio que el trigo y varios aminoácidos esenciales como el triptófano, que está presente en las proteínas animales. El trigo integra el llamado grupo de alimentos amiláceos (el maíz, el mijo, el centeno, el arroz, la cebada y la avena). No deberían combinarse para su consumo con los alimentos del grupo proteico (de color naranja) como las legumbres, los huevos, los lácteos, las carnes, los pescados, la soja y sus derivados.
