En una visita que con motivo de un evento internacional, hemos sido invitados a la Universidad hermana de Chapingo (UACH) y parte del evento fue la exposición de productos de herbolaria, ahí nos encontramos con la "yerba del sapo" y un grupo de estudiantes de esa institución nos indican que la yerba del sapo es un descubrimiento científico del Dr. Érick Estrada Lugo, maestro de la UACH. Comentan que es una planta que después de 22 años de estudios en laboratorio y pruebas con pacientes se ha demostrado su acción preventiva y curativa en la disminución del colesterol y los triglicéridos de la sangre, venas y arterias y poder terapéutico como efectivo auxiliar en el tratamiento de diabetes, los cálculos biliares y renales, la angina de pecho, la arterioesclerosis, la artritis, los infartos cardiacos y cerebrales y otras afecciones de gran poder destructivo conocidas como enfermedades de la vejez.
El doctor Érick Estrada ha conseguido manipular genéticamente esta yerba y diseñar en laboratorio una nueva variedad no existente en la naturaleza de la especie Eryngyum heterophyllum, la única con auténticas propiedades terapéuticas de las nueve que se conocen y crecen en el campo.
La yerba del sapo es una planta de origen americano que se da mucho en México, pero que en su variedad mejorada sólo se obtiene dentro del Programa Universitario de Plantas Medicinales del Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo.
Es llamada "yerba del sapo" por ser esa la forma como el doctor Érick Estrada la llama en sus trabajos de investigación y por que "yerba" es un término fonético de uso más amplio y popular que es de "hierva".
Parte utilizada: las hojas y la raíz. El proceso comienza con la selección de la planta; a partir de tenerla, se puede utilizar de diferentes formas: en su estado natural, la parte aérea de la yerba del sapo se pulveriza y se cuece en agua (una cucharada por cada taza de agua), es decir, se prepara en té, el cual se suministra de acuerdo con el padecimiento.
Otra forma es por extracción. Este método se realiza en laboratorios especializados. De la maceración en alcohol que se hace con la planta (sin dejar que hierva, para que no pierda sus principios activos) se obtiene el extracto, mismo que es envasado sin ninguna otra sustancia.
La dosificación varía con cada paciente; a manera de prevención se pueden tomar 10 gotas al día disueltas en agua. Para regular o bajar los niveles de colesterol, se toman 20 gotas al día disueltas en agua, y en los casos de cálculos biliares o renales, la dosis aumenta a 15 gotas tres veces al día.
De cualquier forma, es recomendable consultar a un médico que conozca el uso medicinal de esta planta, ya sea en estado natural o como extracto.
En el semiárido municipio de Doctor Mora, estado de Guanajuato fue descubierta la yerba del sapo, nombre que le dieron los indígenas, pero el nombre científico es Eryngium heterophyllum. Los otomíes utilizaron esta planta para el mal de piedra que son cálculos biliares, como éstos se componen de colesterol, empezaron a estudiarla.
La primera etapa fue probarla en ratas de laboratorio. Luego la modificaron genéticamente, mediante cruzas, para volverla más efectiva. Finalmente, en 1994, decidieron ensayar su eficacia en seres humanos, actualmente tienen un protocolo de 8 mil casos, con resultados espectaculares en su mayoría.
La yerba del sapo demostró que no solo disminuye el colesterol y los triglicéridos de la sangre, venas y arterias, sino también es auxiliar en el tratamiento de diabetes, los cálculos biliares y renales, la angina de pecho, la arterioesclerosis, y otras enfermedades crónico- degenerativas.
El Dr. Érick Estrada considera que hay que tener una visión global del problema del colesterol. No todo el colesterol es malo, el que produce el hígado es la materia prima para la fabricación de hormonas y desarrolla importantes funciones de protección de membranas celulares y neuronales. También es fundamental en la composición de los glóbulos rojos de la sangre.
El que se ingiere en forma de carne, leche, huevos y otros subproductos animales se adhiere a las paredes de las venas y las arterias formando placas de calcio y grasa, que pueden llegar a obturar la irrigación sanguínea y propiciar un infarto, una embolia, una trombosis o un aneurisma por falta de oxígeno y nutrientes en la sangre.
La mala alimentación y la edad aumentan las probabilidades de tener alto contenido de colesterol en la sangre.
