VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA
¿Cuál sería el objetivo o la importancia de tomar en cuenta estos aspectos religiosos, espirituales y socioculturales en la valoración clínica que se lleva a cabo en cualquier paciente, desde el punto de vista médico o psicológico, como lo recomendó el Dr. Sahan, el conferencista anterior, mencionado en la columna del pasado domingo? ¿Debería ser acaso un nuevo capítulo integrado en dicha evaluación, como si se tratara de un aspecto complementario y fundamental para tomar en cuenta en la historia y la evolución de nuestros pacientes a través de sus vidas? El Dr. John Peteet de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard coincidía también en su disertación como miembro de este panel, de la importancia que se le debe dar a la integración de la religión y la espiritualidad en los diferentes estilos de psicoterapia que se ejercen en la actualidad, como una forma de tomar en cuenta y de añadir otros aspectos también esenciales en la existencia de cualquier individuo, como puede ser la trascendencia, las preocupaciones de tipo espiritual, así como los conflictos morales y existenciales. Debido a ello, este ponente también consideraba importante el tomar una historia espiritual-religiosa cuando se lleva a cabo la valoración clínica de cada paciente, dentro de la cual se deberían separar los aspectos psicológicos de los espirituales, de tal manera que dichos conflictos pudieran enfocarse asimismo desde el punto de vista sociocultural de cada individuo, mediante el cual se trata de conocer, comprender y respetar sus propias creencias y su propia filosofía. Para ello, el Dr. Peteet enfatiza un principio de por sí fundamental en el trabajo terapéutico psiquiátrico y psicológico, que es el de escuchar (no sólo oír, sino escuchar realmente) en forma muy activa y cuidadosa, lo que expresan nuestros pacientes como un método de comprenderlos más profundamente, especialmente cuando se trata de un área tan sensible como es la de la religiosidad y la espiritualidad. En tales evaluaciones, se requiere conocer el tipo de persona que es el paciente, su ambiente familiar en cuanto a su educación, a la cercanía y al tipo de vínculos que ha desarrollado dentro de ella, la clase de profesión o de trabajo a la que se dedica y como puede ello relacionarse con su espiritualidad, además de valorar naturalmente los recursos y apoyos religiosos o espirituales que se han presentado en su vida, sea tanto en el medio familiar, como del exterior, y la influencia que han tenido en su persona y sus ideas y conductas. De acuerdo al conferencista, es indispensable que el terapeuta reconozca y defina sus propios conocimientos, creencias y valores, de modo que no lleguen a chocar o a tratar de imponer, dominar y cambiar los de su paciente, algo que sucede con frecuencia en aquellos sistemas médicos tradicionales que se caracterizan por ser demasiado autoritarios, ya que es éste, uno de los principales obstáculos que tienden a presentarse en estos espacios terapéuticos, lo que obviamente limita la relación y el acercamiento entre ambos, o inclusive le pone fin. Se trata de un área sumamente delicada y compleja, por lo cual muchos terapeutas prefieren no abordarla, para evitar este tipo de enfrentamientos que lastimen sea al paciente o al terapeuta, especialmente cuando hemos sido educados con ese refrán popular que reza, "que es mejor no hablar de política o de religión". Sin embargo, al evitarlo, se puede estar perdiendo una gran oportunidad de explorar y descubrir recursos emocionales interiores del paciente que pueden ser sumamente benéficos y de grandes efectos terapéuticos para su proceso de tratamiento y para lograr el equilibrio en la búsqueda de su salud mental. El Dr. Peteet mencionó al final, como en los últimos años se ha desarrollado esta corriente enfocada hacia la espiritualidad dentro de la Psiquiatría y el número de estudios que se están haciendo para medir su efectividad dentro de los métodos de tratamiento psiquiátricos y psicológicos (Continuará).
