CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA
(VIGÉSIMA NOVENA PARTE)
Es verdaderamente asombrosa la forma en que las investigaciones actuales pueden utilizar a animales como las ratas, según lo comentado por el Dr. Denninger en su disertación mencionada la semana pasada, en referencia a los estudios llevados a cabo en estos mamíferos sobre sus reacciones a los diferentes niveles del estrés, además de reconocer la forma en que se trata de extrapolar tales resultados a los seres humanos, para definir igualmente nuestras defensas y nuestra capacidad para enfrentarlo. Se podría decir con tristeza, que en el presente nuestra comarca se ha convertido en un enorme campo experimental para estudios semejantes, ya que aunque sin considerarnos propiamente como ratones de laboratorio (a pesar de que en cierta medida somos tratados como tal), nos hemos convertido en un territorio extraordinario para el estudio de tales reacciones al estrés y sus consecuentes resultados en todos los niveles sociales. Quienes trabajamos en el área de la Psiquiatría, nos damos cuenta en el presente de la forma alarmante en la que se ha incrementado nuestra consulta con personas de ambos géneros y de todas las edades, quienes bajo las circunstancias ambientales de esta época, tienden a desarrollar o han desarrollado ya serios trastornos de ansiedad, que los limitan o inclusive hasta los invalidan para funcionar en forma adecuada en su vida diaria, en sus actividades académicas, laborales, o en sus relaciones interpersonales familiares y sociales en general. Me parece que un fenómeno semejante se podría comprobar en los consultorios de los psicólogos, médicos generales, familiares o especialistas de todo tipo, así como en los departamentos de urgencias de hospitales e instituciones de salud en general, en inclusive en diversos sitios donde se manejan métodos terapéuticos alternativos. Pareciera como si en el presente, nos hemos convertido en una zona de guerra, en la que constantemente estamos expuestos a niveles cada vez más altos y costosos de estrés ante las diferentes manifestaciones de violencia, a las cuales nos tratamos de adaptar, puesto que están formando parte del escenario cotidiano.
La última ponente de este fascinante simposio sobre "Mindfulness" y otras técnicas basadas en esta experiencia para el tratamiento del estrés y los trastornos psiquiátricos", fue la Dra. en Psicología Sara Lazar, quien también trabaja para la Universidad de Harvard en el hospital Mass General de Boston. Ella se enfocó en su plática a un aspecto sumamente fascinante, que todavía resulta algo increíble o inclusive imposible para muchas personas, me refiero al fenómeno denominado neuroplasticidad. La neuroplasticidad que consiste en la asombrosa capacidad que posee nuestro cerebro para llevar a cabo cambios dentro de su estructura morfológica y fisiológica, de acuerdo a los estímulos que recibe del ambiente, ya sean positivos o negativos; en este último caso se referiría precisamente a los estímulos estresantes. Tales estímulos van a provocar cierto tipo de actividad cerebral, que usualmente se manifiesta en determinados cambios en las conexiones entre las neuronas, lo cual a su vez repercute en cambios de la estructura cerebral, que consecuentemente resultan en cierto repertorio de conductas que pueden ser diferentes para cada individuo. Gracias a los métodos actuales en el estudio de imágenes cerebrales, es posible detectar dicha actividad cerebral en cualquier individuo expuesto en el laboratorio a determinados estímulos y circunstancias e inclusive compararlos en diferentes áreas de este órgano. La Dra. Lazar se ha dedicado en las últimas décadas a estudiar esta capacidad de neuroplasticidad cerebral y los cambios que ocurren durante la práctica de diversas técnicas de meditación. Ella ha encontrado que la meditación tiende a disminuir la excitación y la actividad producida por el estrés en ciertas áreas básicas del cerebro como es la amígdala, a la vez que produce cambios estructurales en otras áreas, lo que facilita la relajación. Asimismo, ella piensa que la meditación ayuda a prevenir el encogimiento del volumen cerebral que se va dando en el proceso natural del envejecimiento en el ser humano.
Un simposio semejante nos ayuda a reflexionar sobre la necesidad de crear grupos masivos de meditación en nuestra comarca, que nos ayuden a estimular precisamente tal fenómeno de neuroplasticidad cerebral, como otra de las opciones importantes que tenemos a la mano en nuestro proceso de lucha y adaptación a un ambiente enfermizo epidémico sumamente peligroso, perjudicial, y difícil de controlar, como el que estamos enfrentando (Continuará).
