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Nuestra Salud mental

Dr. Víctor Albores García

VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA

Durante la sesión encuentro de estos dos excelentes y reconocidos terapeutas en este congreso psiquiátrico de Filadelfia, el Dr. Beck hizo remembranzas nostálgicas sobre su inicio en el campo de la salud mental, cuando realmente lo que le interesaba era la Neurología y no quería ser psiquiatra. Sin embargo, tuvo como maestro al Dr. Emil Kraepelin, un muy importante psiquiatra e investigador alemán, además que debió rotar seis meses por ese servicio, lo cual le hizo cambiar su elección y permanecer en Psiquiatría, donde ha destacado notablemente. Al igual que la mayoría de psiquiatras de su época, el Dr. Beck también estudió psicoanálisis, lo que le estimuló a trabajar con los sueños de sus pacientes deprimidos, para reconocer asimismo la naturaleza negativa de éstos y de su estilo de pensar; ello le motivó a buscar algún tipo de estrategia que le permitiera ayudarles a cambiar tales pensamientos; estrategias que en cierta forma se convirtieron en los cimientos de lo que ahora conocemos como la terapia cognitivo-conductual, iniciada por este médico.

Beck enfatizó además, la importancia de aplicar las estrategias necesarias para cada paciente de acuerdo a las necesidades de éste, de modo que el terapeuta aprenda a valorarlas y a enfocarse a ellas. Este estilo de terapia se basa en una serie de investigaciones que se han hecho al respecto, cuyo producto final es un manual con técnicas específicas que cada terapeuta debe aprende a aplicar con cada paciente de acuerdo a tales necesidades detectadas. Sin embargo, el Dr. Beck aclaró que el manual se utiliza principalmente para la investigación. Por otra parte, el Dr. Gabbard, reforzó la idea de que cada paciente es un ser humano único y distinto, a pesar de que pueda haber recibido un diagnóstico semejante al que se le dio a su vecino, de modo que por lo mismo, es de suma importancia la valoración clínica específica e individual, que permita entonces diseñar un programa de tratamiento que se adapte precisamente a esas necesidades personales y específicas de cada paciente, como suele ser el caso en el uso de la psicoterapia psicodinámica. Sin embargo, este conferencista también enfatizó el hecho de que este estilo de psicoterapia requiere de ciertas características y habilidades específicas de cada paciente para que se puedan obtener buenos resultados, como es la capacidad intelectual, así como la capacidad de abstracción y de introspección con una mentalidad de mayor orientación psicológica que no todas las personas poseen. Por lo tanto, él marcó la diferencia entre aquellos otros individuos que poseen una orientación mucho más práctica y de tipo cognitivo, que requieren de mayor dirección y de tareas más específicas, como las utilizadas por la terapia cognitivo-conductual. A pesar de que se trata entonces de dos estilos bastante diferentes entre sí, en cuanto al estilo y a la metodología en el uso de estrategias, ambos terapeutas estuvieron de acuerdo en varios puntos fundamentales en los que coinciden estos métodos: en primer lugar, como se mencionó la semana pasada en esta columna, la relación básica de confianza y de seguridad que se establece entre el terapeuta y el paciente desde el inicio de su relación, denominada "alianza terapéutica", y que en muchos de los estudios llevados a cabo sobre la investigación de los diversos estilos de psicoterapia, lo han señalado como un factor que predice en un alto porcentaje los buenos resultados y el éxito de este proceso. El segundo factor tiene que ver con el hecho de que ambos estilos, utilizan la comunicación verbal y las diversas habilidades cognitivas de los pacientes como una estrategia sumamente importante, pero desgraciadamente no valorada todavía por muchas personas laicas y aún por muchos profesionales, factores que sirven para lograr los cambios necesarios que ayuden a mejorar la salud mental del paciente, aún si se trata de métodos y estrategias diferentes. El Dr. Gabbard puntualizó en tercer lugar, el hecho de que la psicoterapia en ambos estilos va a producir cambios en la estructura cerebral, igual que sucede con los psicofármacos, un hecho comprobado en el presente, de modo dice él, que la psicoterapia se debe considerar como un verdadero tratamiento, y no sólo como "palmaditas en el hombro" como es concebido aún por muchas personas. El último punto para concluir, sería el concepto expresado hace muchas décadas por el Dr. Franz Alexander, otro psiquiatra y psicoanalista muy reconocido, que señala a la psicoterapia como "una experiencia emocional correctiva" (Continuará).

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