ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
(PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA
(TRIGÉSIMA SÉPTIMA PARTE)
Todos estaríamos de acuerdo en el hecho de que padecer cualquier tipo de trastorno en la infancia, especialmente cuando se trata de algo más serio y crónico, tendrá por fuerza que influir de alguna forma en el desarrollo de la persona que lo padeció para dejar huellas en las siguientes etapas de la vida, sea como adolescentes o como adultos. Eso es precisamente lo que sucede y se ha detectado en el caso del trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad (TDAH) que se ha mencionado en esta columna. Es así como varios de los estudios longitudinales llevados a cabo en niños con este trastorno, han encontrado en sus resultados, que entre un 70 a 80% de estos niños permanecen con los síntomas característicos cuando llegan a la adolescencia. Ello les influye en forma importante en su funcionamiento académico, ya que tantos tienden a ser expulsados de las diferentes escuelas o colegios a los que asisten, ya sea porque fallan en los objetivos educacionales y no alcanzan las calificaciones necesarias, debido a sus dificultades de atención y concentración, así como a su constante inquietud que no les permite enfocarse adecuadamente, ni mantenerse en un mismo sitio por largos períodos de tiempo: pero en ocasiones la expulsión es producto de sus problemas de comportamiento y agresividad, que los hace retar los sistemas disciplinarios de las instituciones y les trae fricciones con los compañeros o los maestros. Muchos de estos chicos apenas alcanzan a terminar la secundaria o la preparatoria, y cuando lo hacen, sus niveles de funcionamiento y conocimientos tienden a ser más bajos que el promedio, lo que limita su entrada a la educación universitaria, de modo que buscan algún tipo de empleo disponible, en el cual puedan utilizar sus habilidades y capacidades, las cuales desgraciadamente no siempre son detectadas y orientadas de forma adecuada, por otro lado, algo semejante suele ocurrir en el hogar, en la relación con sus padres y hermanos, donde sus síntomas los llegan a convertir tradicionalmente en los "raros o diferentes" de la familia, casi como "chivos expiatorios" dentro de la dinámica hogareña. El resultado al atravesar esta etapa como adolescentes, es que se trata de muchachos o muchachas con limitaciones en su desarrollo emocional y tendencia a la inmadurez, que presentan sentimientos importantes de fracaso y minusvalía que han ido cargando a través de muchos años y experiencias desde la infancia, lo que naturalmente afecta negativamente el proceso de la formación de su personalidad y de su identidad, con tendencia a desarrollar una autoimagen negativa y una baja autoestima. No es entonces extraño que muchos de ellos desarrollen otros tipos de patología psiquiátrica asociados a su TDAH tales como diferentes tipos de trastornos de ansiedad como la fobia social, los ataques de pánico o la ansiedad generalizada, mientras otros llegan a caer en estados depresivos importantes, o en el uso exagerado y el abuso tanto de drogas legales como la nicotina y el alcohol, o de cualquiera de las que son ilegales. En los estudios mencionados por los Dres. Surman y Hammerness, también se ha encontrado un porcentaje de adolescentes que presentan conductas altamente delictivas y agresivas, que se intensifican durante esta etapa de la vida y que pueden llegar a alcanzar niveles delincuentes serios o incluso criminales. A pesar de que en nuestras instituciones educativas en México se señala o se "diagnostica" extraoficialmente este trastorno con mucha frecuencia, y se intentan programas de tratamiento, no contamos desgraciadamente con estudios formales y estadísticas nacionales para detectarlo en las comunidades y confirmar su frecuencia en nuestro medio. Sin embargo, me parece válido el preguntarnos hasta qué punto el vandalismo, la agresividad, la violencia, las conductas delincuentes y criminales que presentan actualmente tantos de nuestros adolescentes o adultos jóvenes están relacionados en el fondo con ese porcentaje de sintomatología de TDAH detectada en los estudios americanos mencionados por estos conferencistas, pero que en nuestro país tal vez no ha sido detectada ni tratada tempranamente en los núcleos familiares, en las escuelas o en el ambiente social en general, y se ha llegado a convertir en un grave problema de salud pública (Continuará).