PSIQUIÁTRICA MEXICANA
VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA
Definitivamente, se ha comprobado que aquellos chicos que presentan TDAH, asociado a un trastorno de personalidad antisocial (rasgos delincuentes), son individuos que tienen un mal pronóstico, ya que a la larga, se convierten en una especie de peligrosa bomba de tiempo, que llega a explotar conforme pasan los años, sea como adolescentes o adultos, al convertirse en un alto porcentaje en delincuentes y criminales. Es por eso que me parece válido el cuestionar qué porcentaje de estos chicos y chicas que se encuentran involucrados en forma importante en esos grupos y pandillas de población criminal que azotan y amenazan actualmente a nuestro país, podría ser diagnosticado con ese doble y riesgoso título de TDAH y de personalidad antisocial. Creo que ello es especialmente importante en una sociedad como la nuestra, en la que culturalmente no sólo se condonan las conductas delictivas, fraudulentas, corruptas y criminales sino que inclusive hasta se premian. Un fenómeno común y popular a todos los niveles sociales, sean administrativos, profesionales, financieros, educativos, académicos, políticos y en general en todo aquello que forma parte de nuestra cotidianeidad mexicana.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta, que ese grupo mencionado anteriormente sólo representa un porcentaje de la población que padece TDAH y que ha sido investigada. En tales estudios, se han encontrado además otro tipo de grupos, con un pronóstico más favorable, como es el de aquellos casos en los que el TDAH está asociado a uno o a varios de los trastornos de ansiedad, a trastornos depresivos, trastornos de aprendizaje, trastornos de la alimentación, etc. Cuando afortunadamente tales casos son detectados temprano en la infancia, ya sea en el seno mismo de las familias, las guarderías, las escuelas, las clínicas, los hospitales y en general en cualquiera de las instituciones médicas, neurológicas, psiquiátricas, psicológicas, educativas u de otro tipo, en las que estos chicos llegan a ser valorados clínicamente en forma integral junto con sus familias, hay entonces la posibilidad de ofrecerles un programa integral con diferentes opciones de tratamiento y seguimiento, que favorecen su desarrollo de una manera más sana y productiva. Generalmente, este tipo de programas de ayuda suelen ser multimodales, ya que en ellos intervienen diferentes tipos de profesionistas y técnicos como son los psiquiatras, neurólogos y psicólogos especializados en el manejo de niños y adolescentes, maestros y educadores, terapistas de lenguaje, de motricidad y de otras diversas áreas en las que estos chicos suelen tener limitaciones y requieren de ayuda especial. La detección, orientación y tratamiento temprano facilita enormemente que sean rescatados, gracias igualmente a la detección y estimulación de sus capacidades y habilidades, lo que a su vez les ayudará a superar los diferentes tipos de obstáculos que generalmente encuentran en su camino. Hay que reconocer que la mayoría de ellos cuenta con un potencial intelectual de nivel promedio o inclusive más alto de lo normal, que desgraciadamente no aprovechan o utilizan al máximo, debido a sus característicos defectos de atención y concentración. Precisamente, son tales defectos los que les confieren las etiquetas de "burros", tontos o ignorantes en las familias, las escuelas o el ambiente social en general, cuando en realidad sus capacidades se mantienen escondidas o son utilizadas negativamente a los ojos de los demás. Por lo mismo, una de las recomendaciones primordiales de estos conferencistas, es la de reconocer la importancia de llevar a cabo una evaluación clínica minuciosa y global en ellos y sus familias, que ayude a detectar por completo, no sólo sus limitaciones y defectos, sino también sus capacidades y habilidades, como áreas estas últimas de mayor fuerza que les ayudarán a funcionar mejor a lo largo de su desarrollo, con el apoyo de un programa terapéutico y de orientación durante el lapso de tiempo que sea necesario (Continuará).