VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA.
(QUINCUAGÉSIMA PRIMERA PARTE)
Aún permanecemos sordos y estremecidos por esa tan mexicana ceremonia del 15 de septiembre que anualmente supone reproducir lo que sería un nuevo grito de libertad e independencia de todos los mexicanos al "liberarnos de las cadenas". El grito de nuestro presidente este año, no sólo resonó en todos los rincones de México, sino que además su eco se escuchó y se prolongó todavía por muchas horas más hasta el siguiente día, acompañado además por los gritos no necesariamente patrióticos de miles y miles y miles de pasajeros nacionales y extranjeros que durante varias horas quedaron varados en diferentes aeropuertos de todo el país mientras sus vuelos fueron detenidos debido al cierre total del aeropuerto de la ciudad de México durante varias horas del día 16, mientras se llevaba a cabo el consabido desfile militar. El de por si ya ineficaz y obsoleto aeropuerto internacional de la capital, manifestó una vez más como sucede con frecuencia, ese sistema burocrático y desorganizado que le caracteriza, en que sin aparentes medidas preventivas y sin el menor respeto o empatía para todos esos miles y miles de pasajeros nacionales e internacionales fue capaz de violar impunemente sus derechos, sin importar las pérdidas de tiempo, esfuerzo y dinero que ello representó, así como los cambios de horarios, vuelos y destinos a los que fueron obligados y sacrificados. Obviamente, se trata de una experiencia sumamente agresiva y violenta en contra de todos los pasajeros en general que se vieron afectados ese día, pero igualmente representa una terrible zancadilla para el turismo en general, tanto nacional como el proveniente de otros países, quienes reclamaban, vociferaban y se quejaban amargamente y con justa razón, de medidas tan arbitrarias y tan sin sentido como esa. Hay quienes afirman que México es un país surrealista, y quizás este sea un claro ejemplo de lo que representa nuestro surrealismo. ¿Cuál es el trasfondo de una medida semejante? ¿Desde dónde se genera y cuáles son los verdaderos motivos? Tal vez sea difícil explicarlo y más aún comprenderlo. Cándidamente lo podríamos enfocar hacia la insuficiente importancia que se le da a la industria turística en nuestro país, que se mantiene descuidada, desorganizada y abandonada como sucede con tantas otras áreas, a pesar de nuestros recursos y del enorme potencial que representa todo lo que tenemos que ofrecer. Existen muchos países en nuestro planeta que reconocen, protegen y estimulan ampliamente tal potencial, y lo aprovechan como una verdadera y poderosa industria que ayuda a su desarrollo. En México, da la impresión de que se invierten las prioridades y se favorece más a otro tipo de industrias como acontece con el narcotráfico, como una industria muy lucrativa a pesar de todas las consecuencias que trae consigo.
Esta experiencia del cierre del aeropuerto, tan aparentemente sencilla, descuidada, estúpida, presuntuosa y narcisista, con consecuentes pérdidas millonarias y todo lo demás, es uno de los tantos ejemplos de lo que sucede en México en el interior de nuestro sistema de administración pública en los diversos grupos y niveles que lo constituyen, de arriba para abajo o de abajo para arriba. No sabemos a ciencia cierta de donde vienen las órdenes para llevar a cabo el cierre de un aeropuerto tan importante, sin las suficientes medidas de planeación, organización y previsión; parecieran órdenes impulsivas y arbitrarias surgidas al último momento, como sucede comúnmente con tantas de las medidas y decisiones públicas que se llevan a cabo en nuestro país, lo mismo en los niveles municipales, estatales o federales. Ahí es precisamente donde podemos detectar la contaminación y patología de nuestros sistemas deteriorados y enfermizos, invadidos en un gran porcentaje por ejércitos numerosos e incontrolables de una gran variedad de cepas de agentes patógenos, sean virus, bacterias o parásitos que provocan su desorganización, su deterioro y el caos que sufren tantos de ellos en el que se están consumiendo y a la vez nos están arrastrando (Continuará).
