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NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA

(QUINCUAGÉSIMA SÉPTIMA PARTE)

No cabe duda que México al igual que tantos otros países latinoamericanos celebra todo aquello que se puede celebrar, igualmente las experiencias religiosas que las profanas y las laicas, ante el precepto de que todo es celebrable, lo mismo la vida que la muerte, porque todos son motivos para festejar, desfilar, peregrinar, disfrutar, sufrir, emborracharse, gritar, llorar, cantar y hasta aullar, pero especialmente para gastar cualquier cantidad de dinero propio o prestado que se haya reunido, ese que produce tanto escozor en las manos que necesita ser desalojado y exprimido en un estilo tal que nos permita ser al liberarnos de nosotros mismos, de nuestras penas, alegrías y preocupaciones, y en esa forma expresarnos, desahogarnos, manifestarnos al exterior, mostrar nuestras fachadas y comprobar así que aún estamos vivos. Al igual que cada año, lo acabamos de testificar en el pasado "día de todos los santos" o del "día de muertos", sin contar el Halloween que ya hemos importado, mientras nos seguimos preparando para consumir "un buen fin" y luego proclamar en el puente del día 20 una revolución semiolvidada que parece haber perdido su significado, y permanece estancada desde hace muchos años, al grado que sus colores se han desteñido y deteriorado, mientras mantienen campañas y promesas que se esfuman y se tornan espejismos temporales, al igual que otras tantas de nuestras interminables celebraciones. Y así seguirán los rezos y las peregrinaciones a la Virgen, enlazados con las preposadas, las posadas propiamente dichas y las postposadas, la llegada de la Noche Buena y de la Navidad, de la Noche Vieja y del amanecer de un nuevo año, que obviamente tendrá que recibir a los Tres Reyes, a pesar de que aquí en el Norte no sean tan populares, quizás porque no son importados de EUA. Y así, celebración tras celebración, fiesta tras fiesta, trataremos de terminar lo que resta de este ya de por sí decrépito 2013, muy impopular en La Laguna, y que al finalizar tampoco aparece con augurios esperanzadores ni locales o nacionales. Al igual que en años anteriores, en estos dos meses que restan seguramente se llenarán al tope las tarjetas, se endeudarán cada vez peor los bolsillos hasta quedar vacíos, se derramarán en todas direcciones los aguinaldos hasta esfumarse y desaparecer por completo, se incrementarán las otras peregrinaciones a la frontera para "dar gracias" y desde el fondo de nuestro ser, como una de nuestras más arraigadas, modernas o tradicionales compulsiones, se consumirá todo aquello que sea consumible, independientemente de si es o no necesario, y se gastará en cualquier cosa en que se pueda gastar hasta el último de los pesos o de los dólares que se tengan, ya sea en vivo o a crédito.

Se trata entonces de un modelo sociocultural en parte heredado y adquirido que igualmente se manifiesta en las conductas y actitudes de nuestras instituciones y de nuestros funcionarios públicos perfilados como un mal ejemplo a seguir, que malgastan, despilfarran y desperdician los recursos que no les pertenecen, lo que simplemente refleja que ese modelo se proyecta igualmente a nivel individual, familiar o institucional. Un modelo dispendioso y derrochador, carente de lógica, de disciplina y de transparencia, cargado de gastos innecesarios e irresponsables sin justificar, lo mismo en servicios improcedentes que en personal excesivo y superfluo; un personal que en ocasiones ni siquiera funciona adecuadamente o en el peor de los casos, que ni siquiera existe; un sistema plagado de fugas inimaginables en las que se exceden las "regalías" y bonificaciones excesivas, los bonos sin sentido, los cheques en blanco, los errores "de dedo", los robos, los desfalcos y los fraudes a diferentes niveles institucionales, desde los puestos más humildes hasta los más encumbrados; un modelo que se abulta cada vez más como una especie de embarazo interminable que requiere de presupuestos ilimitados e incalculables para gastos difíciles de justificar a pesar de un maquillaje burdo. Aunque la lógica y la razón dictarían las auditorías y los estudios de investigación más a fondo para detectar tales fugas, para reducir tantos gastos y derroches innecesarios, para limpiar, seleccionar y limitar el empleo de millones de burócratas innecesarios, y sobre todo de esos otros agentes patógenos y parásitos que representan una carga enfermiza al alimentarse y aprovecharse de los recursos nacionales sin producir beneficios, la realidad es que la lógica y la razón intentan sobrevivir inútilmente bajo la bota de la impunidad y salen sobrando en nuestro país. Me parece que definitivamente necesitamos un mejor nivel de EDUCACIÓN, DISCIPLINA Y ORGANIZACIÓN, en la forma en que debemos utilizar nuestros recursos cada vez más adelgazados, así como en nuestro estilo de vida tanto a nivel individual, familiar o institucional, si queremos sobrevivir como sociedad. El concentrarnos en ello es una forma de enfocarnos y proteger definitivamente nuestra salud social, nuestra salud pública y nuestra salud mental que se encuentran a riesgo (Continuará).

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