El tema de la megadeuda de Coahuila nuevamente ocupó la semana pasada las ocho columnas de los periódicos, así como espacios estelares en los medios electrónicos. Además fue una de las notas más leídas en los portales de Internet.
A pesar de la intención del actual Gobierno de darle vuelta a la página, la realidad se impone y poco a poco se van conociendo nuevos aspectos del origen de la deuda, además de que aparecen nuevos protagonistas.
El tema volvió a ser noticia con la negación de un amparo a Javier Villarreal, extitular del SATEC, y quien es considerado por muchos como el principal responsable de la megadeuda. Es importante recordar que Villarreal está acusado de haber falsificado y publicado los decretos 476 y 318 del Congreso de Coahuila para tramitar ante la Secretaría de Hacienda créditos por más de 3 mil millones de pesos, por los cuales tiene dos órdenes de aprehensión federal pendientes.
Sin embargo, ahora sale a la tribuna mediática el nombre del exgobernador Jorge Torres López, como nuevo protagonista de esta historia. El pasado viernes se dio a conocer que la Secretaría de Fiscalización de Coahuila presentó una denuncia que motivó una averiguación previa penal contra el exgobernador Jorge Torres López, para aclarar el origen de 2.8 millones de dólares que el Gobierno de Estados Unidos detectó en una cuenta de Bermuda a su nombre. Incluso las autoridades norteamericanas hablan de presunto lavado de dinero.
De acuerdo a la información publicada, la investigación los movimientos bancarios ocurrieron en 2008, cuando Torres era secretario de Finanzas del Estado y el dinero podría tener su origen en fondos públicos de Coahuila que fueron desviados.
El Gobierno de Estados Unidos alega que Torres y su sucesor en la Secretaría de Finanzas, Javier Villarreal, tuvieron reuniones con banqueros para abrir las cuentas.
Un detalle que no debe perderse de vista es que Jorge Torres mucho tiempo fungió como jefe directo de Javier Villarreal y de acuerdo a acusaciones hechas por el senador del PAN, Luis Fernando Salazar, en ambos casos el dinero siguió la misma ruta para terminar en Bermuda.
Urge transparentar el caso de la deuda de Coahuila y castigar a los culpables. La sociedad no merece enterarse de la trama por capítulos, mientras los responsables viven con lujos, y en la entidad faltan empleos y se suben los impuestos.
