Con enormes desafíos iniciaron el fin de semana las administraciones municipales de José Miguel Campillo en Gómez Palacio y Luis de Villa en Lerdo. A partir de ahora, serán ellos quienes lleven las riendas de los dos municipios más importantes de la Comarca Lagunera de Durango, los cuales se encuentran sumidos en la crisis institucional más grave de su historia reciente.
Sin un cuerpo policiaco propio, ambas ciudades dependen del apoyo que les pueda brindar el Gobierno de Durango, el ejecutivo federal y las fuerzas armadas para contener la ola criminal que azota a la región desde hace más de un lustro. Dotar a sus municipios de una Policía confiable y eficiente será precisamente el primer reto al que se deberán enfrentar ambos alcaldes, a la par de establecer una nueva estrategia de prevención del delito que permita a gomezpalatinos y lerdenses recuperar la tranquilidad arrebatada por la delincuencia.
El desarrollo económico es otro de los grandes asuntos pendientes en ambas poblaciones. Contribuir a desatorar el proyecto de la zona de conectividad y hacerlo una realidad debe ser para la administración de Campillo una prioridad. Dicho proyecto es fundamental para que no sólo el municipio, sino la región entera, aproveche las oportunidades que el corredor económico del norte generará para La Laguna. En el caso de De Villa, falta concretar la creación de una zona industrial que pueda hospedar empresas locales y de capital foráneo.
Más allá de mejorar y modernizar los servicios públicos, como alumbrado, agua potable, drenaje y pavimentación, tarea que en los ayuntamientos debe ser constante, a las dos ciudades les hace falta un instituto municipal de planeación que les permita, lejos de cualquier interés mezquino, ordenar el crecimiento de la mancha urbana. Resulta obvio que, como parte de una zona metropolitana que abarca a Torreón y Matamoros en Coahuila, dichos institutos y los planes que generen tengan esa visión integral y regional que tanto ha faltado a los gobiernos hasta ahora.
Dentro de esta perspectiva, una de las tareas postergadas en toda la comarca ha sido la de mejorar la movilidad dentro y entre las urbes. Si bien es cierto que el servicio de transporte es responsabilidad del Gobierno estatal, el concepto de movilidad abarca rubros como modernización de vías y la construcción de rúas para peatones y ciclistas. Los gobiernos locales deben ser los principales interesados en hacer de sus ciudades espacios más amigables y transitables.
Con todo lo anterior es posible concluir que las nuevas administraciones municipales no la tendrán fácil, pero los alcaldes y regidores conscientes deben ser de que la población está cada vez más harta de vivir en ciudades hostiles, inseguras y excluyentes.