Coche carbonizado. Unos soldados inspeccionan un coche carbonizado tras el atentado registrado en Tur.
Una oleada de atentados en Egipto, incluido uno contra el principal centro de comunicaciones por satélite, dejó ayer lunes nueve muertos entre personal militar y de seguridad, informó el Ministerio del interior.
Estas acciones fueron al parecer una represalia de extremistas islámicos por la muerte de 50 partidarios del depuesto presidente en enfrentamientos de la víspera con la policía.
Los ataques muestran que los extremistas han ampliado peligrosamente sus objetivos, que incluyeron por primera vez infraestructura civil en el centro de la capital.
También borran la línea de demarcación entre la oleada de protestas islamistas por el derrocamiento militar del presidente Mohamed Morsi y una insurgencia que había estado confinada previamente en el norte de la península del Sinaí.
Los más recientes acontecimientos también podrían resultar en un endurecimiento de las posiciones entre el gobierno, que tiene el apoyo de los militares, y los oponentes de éste, lo cual aumentaría las dificultades para una reconciliación.
"Estamos en guerra contra ellos (los grupos extremistas)", dijo Mohammed Ibrahim, ministro del Interior del país a cargo de las fuerzas de seguridad.
Afirmó el ministro que la intensificación de los ataques, en particular el dirigido contra el centro de comunicaciones por satélite, fue una venganza por la represión gubernamental contra las protestas del domingo. En este ataque, uno de los platos antena tuvo daños menores.
"Este es un intento por demostrar que siguen en pie y no están destruidos", dijo a sin especificar qué grupos son los responsables.
"También se proponen confundir, distraer" a las fuerzas de seguridad, agregó.