QUERIDA DALIA REYES
Querida Dalia Reyes: No sabes cuánta emoción provoca saber de tu existencia. Es decir, encontrar otra como yo es algo similar al dar con el hijo perdido en las telenovelas, dejar de ser hongo, o convertirse en Mani, de "La era del hielo 2", al encontrar a Eli, así ella se crea zarigüeya.
Pero debes enterarte: ¡somos 17 de cuya existencia da fe la Internet! A mí me pareció fantástico, porque ya reunimos cierto número que nos permitirá, si no hacer un partido político, sí algún grupo muy especial. Es más, consulté algunos nombres posibles; a mi hermano mayor encuesté sobre "Dalia Reye→ s Club"; me respondió que a ese antro no había ido, pero preguntará a un amigo que gusta de la vida nocturna y los excesos en la tandareola. Como adivinarás, descarté inmediatamente la opción; bien harías en ayudarme a buscar otro nombre menos sospechoso.
Claro, somos iguales, pero diferentes, mas si coincidimos en el nombre, pues algo nos tendrá el destino preparado, digo yo. Es decir, el nombre no hace todo en la vida, pero sí causa encuentros felices.
Entiendo la complejidad de agruparnos, pues mientras Dalia Reyes (la de Cuba) está atenta al comportamiento democrático y los apuros del Poder Popular Democrático, tú, Dalia Reyes, sigues de luto escuchando el corrido a Jenny Rivera; otra Dalia más diseña líneas arquitectónicas; yo, en tanto, hablo de hijos y bochornos.
No sé si tú, querida homónima, fuiste víctima del solaz de tu sacrosanta a madre. No me malinterpretes, por favor -sé que ambas lo fuimos de ambos padres- me refiero a su gusto por leer tiras cómicas y bautizar a sus vástagos con nombres tomados de esos dibujos, entonces, inanimados. Como sea, debo de agradecer que a mamá le gustó la historia sobre un héroe valiente no eligió el Festival de Porki.
Aunque, debo reconocer, encontrarme multiplicada en diferentes personalidades, páginas web y Facebook, me provoca cierta sensación de no ser yo. Busco rasgos parecidos entre nosotros y, hasta el momento, lo único certero que nos identifica es el nombre y el sexo femenino.
Dudo que nuestro caso sea particular, siempre habrá en el mundo coincidencias, pero no cualquiera está tan aburrido que se pone a contabilizar a sus otros yo en la alberca virtual tan a la mano.
Me despido dejándote mis cariños y deseosa de recibir tus propuestas para mostrarle al mundo la importancia de llamarse Dalia Reyes. Un besito.
Dreyesvaldesotmail.com