Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

ORDENANDO EL CAOS

¿Y LOS MUCHACHOS?

Dalia Reyes

¿Dónde andan los muchachos? Es una pregunta ancestral hecha entre padres cuya respuesta está más relacionada con las generaciones que con las edades mismas de los chicos. Los riesgos en la calle son tan grandes como el número que los humanos asignamos a nuestros tiempos.

Los padres hemos transitado, supongo, desde temer que los haya tragado un mastodonte, pasando por el enojo saberlos en alguna fiesta non sancta y andar acompañados por amigos indeseables o, como ahora, que hayan sido tragados por el monstruo de la realidad.

El otro día una de mis alumnas, practicante en una escuela secundaria, debió enfrentar a una madre de familia quien fue llamada por la institución para notificarle que su hijo escapó por una barda. Ella argumentó a favor del muchacho: "él no tiene la culpa sino la escuela, él se aburre mucho aquí", dijo.

Los compañeros del escapado, alumnos de primer grado, se quedaron para aprender la mejor forma de estructurar una ficha bibliográfica. ¿No fue ése un contenido en segundo de primaria? Miro fijamente el rostro y las manos de esos chicos y pienso, con toda certeza, que están preparados para hacer mucho más que llenar una tarjeta de acuerdo con los datos de un libro: ya podían ellos hacer el propio, investigar un problema de su contexto, cuestionar al autor citado o plantear una nueva posibilidad. Tengo la certeza de su capacidad y, por algún motivo, se ha quedado como energía potencial.

Ayer visité otra escuela secundaria. Acudieron 24 alumnos y no es una buena noticia: están inscritos 44. En la segunda, encontré un grupo sólo con 11 niños que medio atendían a su profesor. La mejor noticia fue encontrarme una con sólo dos por ciento de deserción. La ausencia de alumnos en secundaria se ha convertido en algo cotidiano y aceptado como normal, a pesar de ser creciente.

De camino a casa miraba las banquetas y a cada muchacho deambulando le puse el apellido de quienes tuvieron inasistencia esa tarde. Me pareció caminaban con decisión a alguna parte, sitio cuyas coordenadas los adultos desconocemos… o preferimos no saber.

Creíamos dominar la escena, saber con precisión los detalles de esos sitios cuyo acceso estaba prohibido por la advertencia y la amenaza de una consecuencia familiar. Dábamos por sabidas las consecuencias, con nombre y apellido. Ahora, las cosas son diferentes.

¿Dónde están esos muchachos? Están allá afuera, y allá afuera, en este tiempo, nadie sabe exactamente cómo es ni hasta dónde llega.

(dreyesvaldes@hotmail.com)

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 850943

elsiglo.mx