Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

ORDENANDO EL CAOS

NO QUISIERA SER EL 35

Dalia Reyes

Hace muchos años, no vayan ustedes a pensar en un asunto reciente, tuve la oportunidad de acompañar a un reportero sagaz. Yo, novel e inexperta, escuché todo en su momento y guardé aquello tan retumbante en mi memoria durante 25 años. No entiendo aún cómo pasó, pero ahora sé qué sucedió.

El comunicador de un partido político daba animada entrevista a mi compañero, cuando lo interrumpe el teléfono. Era un aparato de esos grises, gordos, con bocina de coladora y sonido "ring". Hizo dos preguntas, cuatro muecas y una imprecación. Repitió las palabrotas finales ante nosotros para mostrar sus emociones encontradas, entre descontento e incredulidad. "¿Cómo ven, estos ¿%•" quieren engordar las urnas? ¡Pero si tenemos una elección interna!"

Esa manera de comerse a sí mismo se me ha presentado por tres vías: en partidos políticos; en el oxímoron oriental, y en las instituciones educativas del país.

El oxímoron es un recurso literario, una moraleja, es un absurdo filosófico funcional y una herramienta poética. La educación, debiendo ser una vasta realidad, parece asemejarse más a la definición inmediata anterior de la serpiente comelona.

La noticia que desbocó sorpresa y preocupación se publicó hace unas semanas en mi ciudad: el 35 por ciento de los jóvenes egresados de bachiller reprueban el examen para ingresar a la Universidad. Esto es grave. Ahora les complemento el dato: esos estudiantes son egresados de la misma institución universitaria que luego los rechaza. Esto es terrible.

Es ya una costumbre en los diferentes niveles educativos el achacar el daño al profe anterior. Si llegan mal a la primaria, es culpa del preescolar; luego la secundaria acusa al inmediato anterior. Esto se va hasta el microcosmos educativo: si escriben mal en segundo, es por las fallas en el maestro de primero o en el que recién dejó el aula, o en los padres y las malas amistades. Vaya, alguien, que no sea yo, es el culpable. Desconozco a quién está culpando la Universidad requisitosa con sus mismos escolapios.

Hace muchos años andamos tras el desgraciado capaz de dar al traste con la educación en el país. No lo hemos encontrado, ni siquiera rastros dejó. Yo sugiero lo siguiente al policía que todos llevamos dentro cuando se trata de cuestiones educativas: seguro se esconde donde menos pensamos y jamás lo buscaríamos, lo más cerca posible: dentro de nosotros, busquémoslo ahí y hagamos justicia por nuestra propia mente.

(dreyesvaldes@hotmail.com)

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 852099

elsiglo.mx