Tarea es, según la Real Academia Española, un trabajo que debe hacerse en tiempo limitado. No especifica los actores participantes de esta acción, se me hace que eso lo decide quien manda hacer esa tarea, así lo mande uno mismo o un tercero.
Como quiera, el término se relaciona, irremisiblemente, con la escuela. En algunos países le llaman "deberes", aunque se refieren, en general, a cualquier actividad pendiente (Para mayor referencia ver el episodio de Bob Esponja donde cuestiona a Calamardo si terminó, por fin, sus deberes).
En el pasado remoto, cuando yo iba a la escuela, las tareas asignadas a los estudiantes eran justamente eso: tareas asignadas a los estudiantes. Los padres de familia tenían por encomienda mantenernos pegados a la mesa hasta que declaráramos honestamente haber dado fin a semejante labor. Eran otros tiempos, claro, porque confiaban en nuestra verdad y entonces sí podíamos salir corriendo a jugar a los desencantados y a las escondidas, ellos no se ponían a hurgar entre las hojas del cuaderno y hacer la prueba del polígrafo.
Resulta que hoy la tarea es de todos. Es una frase hecha para asuntos como el cuidado de la naturaleza, la lucha contra la violencia y el combate de la hambruna mundial. Seguramente esto lo escucharon los profesores pues resulta que hoy en día, la tarea de la escuela es un asunto en donde se involucran los padres de familia, hermanos, abuelos, tíos, vecinos, diputados y senadores.
Supongo que las instancias públicas desean exhibir el alto grado de comprensión que tienen nuestros niños desde primero de primaria, así que endilgan temas como gráficas y tablas numéricas con todo y el bagaje léxico cuyos tecnicismos apenas sí estamos dilucidando en clases de maestría. ¿Cómo hacemos los padres para explicarles a los chiquillos? Las profesoras, con todo y sus cuatro años de pedagogía, más la Carrera Magisterial y los diplomados se las ven negras para que los niños contesten con los términos de marras en las pruebas Enlace, imagínense los papás con no más experiencia que uno o ningún hijo antes con quien lidiar.
Las tardes de padres responsables se consumen, hoy, haciendo títeres, cajas tragabolas, catrinas de con papel maché y de china, cámaras fotográficas y de televisión, juguetes con materiales reciclados y 20 operaciones de más, de entre y de por -como decíamos antes- cada día, sin contar otros tantos enunciados simples o compuestos. ¿Podríamos dejar a un niño de seis años sólo con esta empresa? Pues si está destinada a la quiebra, sí.
¿De quién es la tarea escolar? La tarea es de todos, repitamos a coro y pongamos una linda sonrisa en el rostro, digna de un anuncio televisivo para antes de las elecciones. Y me voy, porque este día me encargaron 10 cascarones decorados y una amplia investigación sobre el origen del inframundo.
(dreyesvaldes@hotmail.com)