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ORDENANDO EL CAOS

Por: Dalia Reyes

NO QUIERO, PERO SÍ

La servicialidad mal entendida del latino -es decir, no toda ella- nos educa desde púberes a dar respuestas automáticas. Son palabras sencillas pero, como sabemos, el lenguaje es una herramienta poderosa que lo mismo nos hace ganar un juicio que nos condena.

Entre broma y veras, decimos en pláticas coloquiales que basta con aprender una palabra para poder socializar con extranjeros: sí. Esa es la palabra mágica: no importa lo que te pidan, tú di que sí y verás los resultados. Tengo mis reservas respecto del consejo.

En lo que sí concuerdo es que la afirmación la traemos a cuestas, como la ciudad de Constantin Cavafis, que traemos siempre a lomo. Es una paradoja, además, porque siendo una afirmación torna a convertirse en acto negativo para nuestras personas cuando, a sabiendas que no debemos, podemos o queremos, la amabilidad natural del mexicano nos indica aceptar algo detestable.

Podríamos decir no a prestar dinero, a cooperar para algo, trabajar por alguien más, laborar horas extras, casarnos, divorciarnos, pero ¿qué dirá la sociedad? Esta pequeñísima lista, no siquiera resumen, tiene un argumento social a su favor.

¿Por qué decir no es cosa mala? Si analizamos profundamente nuestra vida, hay más de tres ocasiones en que un sí no consentido nos ha llevado por caminos insospechados e indeseables. Si negamos ayuda para la danza del templo de San Estanislao, durante una semana nos justificaremos con mil pretextos que salven nuestra alma del maldito remordimiento.

En otras culturas, el no es una muestra de honestidad: no hay engaño ni recelo, es sólo la verdad de un deseo expresado tal cual. Lo mismo pasa con un sí cuando aceptamos los halagos de alguien: mientras que el latino lo toma como soberbia, los norteamericanos, por ejemplo, lo escuchan como una confirmación de su apariencia. No es malo, es bueno en algo.

Por lo pronto, hoy empiezo con mi terapia NO. Así que, sólo por hoy, no me pidan nada, no me hablen, no me digan, porque es muy probable que me vuelva a ganar el sí. (dreyesvaldes@hotmail.com)

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