La mujer quien más ignora es la más inteligente. No, señor, Perogrullo se encuentra ausente en mi profundísima frase, prima hermana de la enunciada por Burro en Shrek I: "No hay peor soledad que no estar acompañado". Cuanto entendimiento en ambas es limitado, no son ellas, es usted.
Un comercial televisivo reciente aportó la clave a este respecto. Mi obnubilada razón no se percató de ello sino hasta 40 años después, viviendo sojuzgada, seducida, por las corrientes modernas impulsadoras de mujeres todo-terreno.
En el susodicho comercial, una dama entrada en años, con el proverbial delantal femenino, afirma: "No sé cocinar, no sé manejar, no sé usar un cajero automático. Hay muchas cosas que no sé… porque así me conviene".
Venerable, sabia, inteligentísima, me provocó evocaciones mil de ciertas compañeras a quienes tuve la fortuna de conocer en mi larga vida laboral. Entre ellas, superó todos los récords la chica quien fue contratada para archivar diarios; al solicitarle respondiera el teléfono, escribiera reportes mensuales, atendiera al consultor o digitalizara información, ella solía responder: tengo una voz muy fea, mi ortografía es pésima, me ruborizo fácilmente y la computadora, ni la enciendo. Pero aceptaba su habilidad para archivar diarios.
En cambio nosotras, las ordinarias, creídas y sin voluntad, nos dejamos avasallar por el discurso aquél de autonomía y súper poderes. Entretenidas en mostrar al mundo cuán capaces somos para cambiar la llanta, guisar un huevo, encontrar el valor de X y desmanchar un cuello, manteniendo impoluta la piel y la trompa radiante, estuvimos ajenas a la auto explotación de que fuimos presas. En pocas palabras: mientras nosotras nos gastamos, las listas se guardaron.
Decir no sé es la frase más genial, ad hoc y urgente entre el género femenino. Lo contrario nos ha llevado a pasar de "femmes" fatales a remedos de Pípila, llevando a cuestas un montón de acciones sólo por el hecho de ser capaces. Entonces, ¿es más difícil decir no que llevar la carga?
No le aunque, dicen en mi rancho: así parezca menos letrada, más aturdida y un poco atarantada; mi propósito de año nuevo es olvidar lo que sé y guardar mis neuronas para aprender mejores respuestas y menos acciones. Ya dije.
(dreyesvaldes@hotmail.com)