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Ordenando el Caos

ESO NO LO SÉ

Dalia Reyes

La mujer quien más ignora es la más inteligente. No, señor, Perogrullo se encuentra ausente en mi profundísima frase, prima hermana de la enunciada por Burro en Shrek I: "No hay peor soledad que no estar acompañado". Cuanto entendimiento en ambas es limitado, no son ellas, es usted.

Un comercial televisivo reciente aportó la clave a este respecto. Mi obnubilada razón no se percató de ello sino hasta 40 años después, viviendo sojuzgada, seducida, por las corrientes modernas impulsadoras de mujeres todo-terreno.

En el susodicho comercial, una dama entrada en años, con el proverbial delantal femenino, afirma: "No sé cocinar, no sé manejar, no sé usar un cajero automático. Hay muchas cosas que no sé… porque así me conviene".

Venerable, sabia, inteligentísima, me provocó evocaciones mil de ciertas compañeras a quienes tuve la fortuna de conocer en mi larga vida laboral. Entre ellas, superó todos los récords la chica quien fue contratada para archivar diarios; al solicitarle respondiera el teléfono, escribiera reportes mensuales, atendiera al consultor o digitalizara información, ella solía responder: tengo una voz muy fea, mi ortografía es pésima, me ruborizo fácilmente y la computadora, ni la enciendo. Pero aceptaba su habilidad para archivar diarios.

En cambio nosotras, las ordinarias, creídas y sin voluntad, nos dejamos avasallar por el discurso aquél de autonomía y súper poderes. Entretenidas en mostrar al mundo cuán capaces somos para cambiar la llanta, guisar un huevo, encontrar el valor de X y desmanchar un cuello, manteniendo impoluta la piel y la trompa radiante, estuvimos ajenas a la auto explotación de que fuimos presas. En pocas palabras: mientras nosotras nos gastamos, las listas se guardaron.

Decir no sé es la frase más genial, ad hoc y urgente entre el género femenino. Lo contrario nos ha llevado a pasar de "femmes" fatales a remedos de Pípila, llevando a cuestas un montón de acciones sólo por el hecho de ser capaces. Entonces, ¿es más difícil decir no que llevar la carga?

No le aunque, dicen en mi rancho: así parezca menos letrada, más aturdida y un poco atarantada; mi propósito de año nuevo es olvidar lo que sé y guardar mis neuronas para aprender mejores respuestas y menos acciones. Ya dije.

(dreyesvaldes@hotmail.com)

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