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PÉRATE Y LA ESPERANZA

Dalia Reyes

Los mexicanos andamos siempre con la esperanza en la boca. La apócope "pérate" me gusta bastante: es multifuncional, bien sirve para circunstancias banales que para otras con más probabilidad de ser embarazosas.

Hoy tomaré por los cuernos este voquible en su acepción de promesa. "Pérate que vaya al gimnasio y vas a ver", dice la señora al calcular masa y volumen de la lonjita central. Si los hombres tuvieran clara la dimensión de esperanza en esta frase y similares, seguro se condolerían.

Cuando las mujeres pasamos a segunda base, es decir, de solteras a casadas, ese recurso lingüístico nos libra de muchas depresiones, considerando la expectativa constante para ver llegar la nuestra, pues es sabido cuánto hemos de esperar a que los hijos nazcan, crezcan y se reproduzcan para volver a ser nosotras y no un montón de desconocidas.

Gaby está a la espera para poder embarazarse; una señora la sobó y le dijo que guardara dieta de unos tres meses, lo que incluye, según ambas, no hacer ningún ejercicio brusco, guardar cama -solita- y no comer salsa Valentina. Pero su vecina ya dio a luz a un bebecito lindo, cuyos desvelos la tiene a ella inánime y atenta a él tiempo completo. Ambas esperan ver la luz al final del túnel para retomar sus estudios truncos porque el velo les cayó del cielo cuando apenas iban en tercer semestre.

Si conocen a Laurita, ella cuenta los días para cuando sus tres hijos terminen el preescolar y poder ir a nadar tras dejarlos en la primaria; sin embargo, sospecha que para entonces deberá conseguir un trabajo de 7 a 7 para pagar la escuela; la natación seguirá esperando a la graduación de Leyes.

Su servidora andaba a la espera para terminar, ahora sí, las clases de inglés, pero la espera terminó: me quedo con mi "spanglish" porque el asunto de mi vástago va para largo; si acaso, tengo fe en un buen invento que nos haga hablar idioma si nos conectamos oreja-USB-computadora.

Hay tantas cosas en nuestro limbo que a veces parecen inalcanzables, pero mientras tengamos fuerza para el "pérate", la esperanza sigue viva. Resistencia, muchachas, nunca dejen de soñar. (dreyesvaldes@hotmail.com)

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