"Cuando los alumnos reprueban, reprobamos todos"
Anónimo
Esta semana nos enteraron que nuestros alumnos mexicanos de 15 años de edad en promedio resultaron reprobados en las evaluaciones internacionales llamadas PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, por sus siglas en ingles), lo que nos ubica en el último lugar de los países pertenecientes a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Para llegar a estas preocupantes conclusiones se aplicaron evaluaciones estandarizadas en matemáticas, lectura y ciencias en 2012, y se nos presentan a través de un estudio comparativo entre los resultados PISA 2003 y PISA 2012, en el que México aumentó su matrícula de jóvenes de 15 años en educación formal (del 58% a poco menos del 70%). El rendimiento de estos alumnos en matemáticas también mejoró (de 385 puntos en 2003 a 413 puntos en 2012) y cabe destacar que el aumento de 28 puntos en matemáticas entre PISA 2003 y PISA 2012 fue uno de los más importantes entre los países de la OCDE. Sin embargo, en PISA 2012, el 55% de los alumnos mexicanos no alcanzó el nivel de competencias básicas en matemáticas.
En matemáticas, el promedio de México de 413 puntos lo ubica por debajo de Portugal, España y Chile, a un nivel similar al de Uruguay y Costa Rica, y por encima de Brasil, Argentina, Colombia y Perú.
El gran desafío, según estas evaluaciones, es mejorar la cobertura escolar, ya que PISA evalúa el rendimiento en matemáticas, lectura y ciencia de los jóvenes de 15 años que están matriculados en la escuela en al menos primero de secundaria.
En 32 de los 34 países de la OCDE, más del 90% de los jóvenes de 15 años están escolarizados; en México este índice de cobertura corresponde a menos del 70% solamente.
Si bien la cobertura escolar en México ha aumentado, pasando de 58% en 2003 a 70% en 2012, ésta sigue siendo la tercera cobertura más baja de todos los países que participaron en PISA 2012; Sólo Albania y Vietnam tienen coberturas más bajas que México.
Para avanzar hacia un mejor rendimiento educativo, el panorama en matemáticas de los jóvenes mexicanos de quince años y escolarizados es el siguiente: 55% de los alumnos mexicanos no alcanzan el nivel de competencias básico en matemáticas, cuando el promedio OCDE es de 23%.
El alumno promedio en México obtiene 413 puntos en matemáticas. El puntaje promedio en la OCDE es de 494, una diferencia con México que equivale a casi dos años de escolaridad. Este puntaje promedio sitúa a México por debajo del desempeño promedio de Portugal (487 puntos), España (484), Chile (423); a un nivel similar al de Uruguay y Costa Rica y por encima del rendimiento de Brasil (391), Argentina (388), Colombia (376) y Perú (368).
Cabe señalar que los resultados de PISA muestran una mejora en matemáticas y en lectura, ya que México ha aumentado su rendimiento promedio, demostrando que es posible avanzar hacia mejores niveles de calidad educacional en un contexto de crecimiento de cobertura educacional. Sin embargo, la magnitud del desafío sigue siendo enorme.
Lo preocupante es que de mantenerse estas tasas de mejora, a México le tomará más de 25 años para alcanzar los niveles promedio actuales de la OCDE en matemáticas y más de 65 años en lectura.
Al hacer comparaciones de género, los hombres obtienen, en promedio, puntajes más altos en matemáticas que las mujeres (30 puntos de diferencia), mientras que las mujeres obtienen, en promedio, puntajes más altos en lectura que los hombres (24 puntos de diferencia). Estas brechas de género no se han alterado desde 2003. La experiencia con otros países demuestra que estás diferencias pueden reducirse.
Es importante reconocer los avances que México ha registrado en el mejoramiento de su sistema educativo, en el contexto de un proceso de reforma. En los últimos años el panorama educativo ha pasado de centrarse en la cobertura, a darle prioridad a la mejora de la calidad educativa y al fortalecimiento de una cultura de la evaluación. Esto ha contribuido también a que las familias y la sociedad se enfoquen cada vez más en los resultados educativos.
Elevar a rango constitucional el establecimiento de un servicio profesional docente, el establecimiento de un sistema de información, así como el fortalecimiento del sistema de evaluación y estándares educativos, dotando de autonomía constitucional al INEE (Instituto Nacional de Evaluación Educativa), son pasos decisivos en la construcción de un sistema educativo de más alta calidad.
El compromiso que tienen los alumnos con la escuela y la creencia de que pueden rendir más, así como la habilidad y motivación para poner su mejor esfuerzo para cumplir las metas, son herramientas esenciales para el éxito educativo y para aprovechar las oportunidades que la vida les presenta.
Es necesario reconocer que un sistema educativo exitoso es aquel que comprende que el éxito de los alumnos va mucho más allá de obtener buenos resultados en pruebas estandarizadas, así sean de carácter internacional en las áreas de matemáticas, ciencia o lectura.
Agradezco sus comentarios a: rolexmix@hotmail.com