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Otro golpe a Pemex

Empresa

Alberto Barranco

A la callada, en el presupuesto para el año próximo que analiza el Congreso desaparece el Fondo para Infraestructura para Pemex que se había constituido a partir del 2006 con parte de los excedentes de ingresos entre el precio presupuestado por barril de petróleo y el real.

El acumulado, en su momento, por ahí del 2009, llegó a ser de tres mil millones de pesos. Sin embargo, hasta el año pasado tenía apenas en caja 30 millones, sin que se sepa el destino del resto.

La creación del instrumento había llegado en reacción a las acres críticas contra el sexenio foxista -la primera parte de la docena trágica-, en que se derrocharon los cuantiosos excedentes obtenidos, justo cuando iniciaba la declinación del yacimiento de Cantarell y se atoraba la posibilidad de explotar otros depósitos como Chicontepec.

El monto que debió guardarse para temporada de vacas flacas, vía el recién creado Fondo para la Estabilización de los Ingresos Petroleros, se destinó en su mayor parte a gasto corriente, es decir, sueldos, salarios y prestaciones de una burocracia que creció al infinito.

Estamos hablando, en total, de 404 mil 425 millones de pesos, equivalentes a la sexta parte del presupuesto de gasto para este año.

Con la excepción del 2001, en que se registró un saldo deficitario de seis mil 317.5 millones de pesos, durante los cinco años restantes del sexenio, cuando el precio internacional del crudo regresó a niveles superiores a 100 dólares por barril, el resto del sexenio fue de extremada bonanza.

Así, durante el 2000 el excedente fue de 44 mil 568.7 millones de pesos, para saltar en el 2002 a ocho mil 444.1, alcanzado en el 2003 un monto de 44 mil 147.8.

El inaudito llegó en los años siguientes, con 97 mil 370.8; 104 mil 919.6 y 104 mil 658. De acuerdo al Centro de Estudios de las Finanzas Públicas dependiente del Congreso, el remanente del 2006 se canalizó a gasto no programable y amortización de la deuda, es decir, el ingreso de una sola vez se destinó a cubrir partidas ajenas al presupuesto y pagos que debe hacer el gobierno, no la paraestatal.

Ni un centavo, pues, para ésta. En el 2002 el destino fue para gasto programable, concretamente compensar a la Secretaria de Hacienda tras la caída en la recaudación del Impuesto sobre la Renta, el Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, los aranceles y el tributo a compras suntuarias.

A pesar, pues, de haber contribuido con la tercera parte del ingreso fiscal del país, la empresa pública sirvió de equilibrio de las finanzas públicas.

En el 2003 otra vez los excedentes apuntaron a gastos no programables y para mejorar el balance económico y las transferencias hacia las entidades federativas, en el más de lo mismo de caja grande del Gobierno.

En el 2004 los recursos apuntaron a compensar la recaudación programada de ingresos no petroleros, el gasto no programable y otra vez las transferencias a las entidades federativas.

En este caso sí hubo una rebanadita del pastel para infraestructura de Pemex, aunque no se especifica el tamaño ni el objetivo.

En el 2001 se repitió prácticamente a la letra el numerito: Compensar la recaudación no programada de ingresos no petroleros, las transferencias a las entidades federativas, el gasto no programable, hablándose concretamente de mayor costo de combustibles para la Comisión Federal de Electricidad y desastres naturales, además de mejorar el balance económico del gobierno.

Aquí, nuevamente, hubo una gotita para infraestructura de Pemex.

Finalmente, en el 2006 otra vez el remanente apuntó a los gastos extraordinarios por desastres naturales, pese a la existencia del Fondo respectivo; a gasto no programable, es decir, contratación de servidores públicos no contemplado, y mejorar el balance económico. Para taparle el ojo al macho, hubo otra rebanadita para infraestructura de Pemex.

Las alcancías, pues, se quebraron una a una.

La pregunta, naturalmente, es de dónde saldrá la posibilidad de repetir los numeritos, es decir, extraer recursos no presupuestados para equilibrar las finanzas públicas, de aprobarse la reforma energética que permite compartir la renta petrolera.

¿O qué, le fijarán a las multinacionales que vengan por el "tesorito" un precio promedio del petróleo extraído, para que el Gobierno se quede con los excedentes?

¿Aceptaría la arrogancia la distorsión del mercado?

BALANCE GENERAL

La noticia es que el grupo Elektra, es decir, la cadena de tiendas y el Banco Azteca abandonan y liquidan sus operaciones en Argentina, argumentando un mal entorno de negocios.

La lista habla de un excesivo control cambiario y en el flujo de capitales que imposibilita la compra de propiedades y bienes; controles exagerados en los esquemas de importación/exportación que limita el acceso de mercancías para el comercio; creciente e incontrolable inflación que imposibilita la planeación de negocios; existencia de un entorno laboral que abusa de prácticas sindicales y gremiales en detrimiento del ambiente de inversión; una cultura promovida por el gobierno del no pago, que hace inviable una operación sana y rentable y una economía que se maneja para sus clientelas y no buscando su crecimiento y generación de riqueza.

Lo cierto es que la operación en el país de las pampas de la firma no es significativa para el grupo, además de no realizarse actividades bancarias.

Por si las moscas…

En afán de ubicar fórmulas para multiplicar el rendimiento de los ahorros de los trabajadores de cara al retiro, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro está abriendo el abanico a la posibilidad de operaciones derivadas tipo "swaption", es decir, el adquirir swaps o los llamados forwards, o realizar operaciones de futuros sobre ellos. La idea, según ello, es cubrirse frente a vaivenes de mercado, desde fluctuación del tipo de cambio hasta tasas de interés o índices bursátiles. La reglamentación la dictará el Banco de México.

Además, se permitirá la modalidad de adquirir instrumentos de deuda cuya fuente de pago provenga de un activo real, en su mayoría proyectos de largo plazo.

 ¿FIN DEL ALTRUISMO?

Quienes están en la pelea contra la propuesta de reforma fiscal son las organizaciones no gubernamentales, ONG's, dedicada a las causas altruistas, cuyo presupuesto se nutre de donativos de las empresas privadas… que no podrán ya ser deducibles.

Como usted sabe, bajo las reglas propuestas se acota a sólo el 10 por ciento de los ingresos de las firmas la posibilidad de deducción, lo que en el papel dejaría de lado los apoyos a campañas para fomentar una vida sana; para promover la cultura, para mejorar la calidad educativa…

De pasadita, se cancelarían las becas para enseñanza media y superior que ofrecen las empresas tanto para escuelas públicas como privadas.

Ahora que si le escarbamos otro poquito, las empresas hacían deducibles, con diferentes argucias, los apoyos económicos que se le otorgan a los partidos políticos, llegándose al grotesco de cubrir los gastos de edición de libros de sus dirigentes.

La posibilidad ha unificado a las empresas de Monterrey.

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