El Pacto por México llega a su primer año con un cumplimiento de alrededor de dos terceras partes de los 95 compromisos firmados de origen el 2 de diciembre de 2012. Llega también con una serie de reformas concretadas, cuyos alcances están lejos de percibirse, de acuerdo con especialistas.
Luego de 365 días, dicho acuerdo, sin embargo, registra un sisma, debido a que el PRD decidió abandonarlo, como medida de protesta por una supuesta alianza PRI-PAN para avalar la reforma energética, y la aprobación de una reforma política con compromisos incumplidos.
El Pacto logró la aprobación de reformas en materia educativa, telecomunicaciones, financiera, transparencia, control de endeudamiento de estados y municipios, entre otras. Pero también hay pendientes como la reforma político-electoral (que se votará en comisiones del Senado), la energética, anticorrupción, atención a indígenas, y justicia, entre otras.
El politólogo argentino Dante Caputo opinó que se trata de un Pato de reconstrucción, "es un Pacto con futuro porque está pensado no para pasado mañana, sino para un tiempo considerable y que tiene que ver con el tema de la democracia hacia el 2020, pero que intenta poner en marcha algo bastante raro en la vida política que es la cooperación", dijo en un foro organizado por el IFE en octubre pasado.
Para el investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Alberto Aziz, el Pacto ha generado un conjunto de reformas para que la actual administración pueda tener una nueva plataforma de reglas.