Esperanza. Francisco visita a un paciente de un hospital infantil en Roma, Italia.
El Papa Francisco pidió a sus colaboradores de la Curia vaticana trabajar con profesionalismo y espíritu de servicio, para evadir la mediocridad, las habladurías o convertirse en una "aduana burocrática".
El pontífice efectuó ayer sábado su primer mensaje de fin de año pronunciado ante cardenales, superiores y oficiales de la Curia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.
Ahí trazó el retrato del "buen curial" y agradeció el trabajo silencioso de quienes integran una realidad que pasa tiempos difíciles, en espera de una reforma.
"Gracias por su servicio cotidiano: Por el celo, la diligencia, la creatividad", dijo.
También añadió su agradecimiento "por el esfuerzo, no siempre fácil, de colaborar en el trabajo, de escucharse y confrontarse, de valorar personalidades y cualidades diferentes en el respeto recíproco".
Confesó que admira a los monseñores que siguen el modelo de los "antiguos curiales" y son personas ejemplares, que trabajan con competencia, con rigor, con abnegación, desempeñando con esmero sus tareas de cada día.
"La profesionalidad, que significa competencia, estudio, actualización. Es un requisito fundamental para trabajar en la Curia", indicó.