Recuperación. Brayan y Francisco se encuentran bien tras el trasplante de riñón, y pronto podrán volver a su vida normal.
Hace unas semanas, Brayan no podía ni correr debido a una insuficiencia renal crónica. Ahora sueña con convertirse en futbolista gracias a su papá, Francisco Martínez, quien donó el riñón que necesitaba para seguir viviendo.
Francisco es un agente de tránsito de Torreón. Tiene 36 años de edad y cuando los doctores le dijeron que su hijo necesitaba un trasplante de riñón para seguir viviendo, se ofreció a ser el donante.
Es el primer trasplante de riñón infantil en el hospital del ISSSTE, y fue un éxito. Los pacientes, tanto padre e hijo, se recuperan favorablemente. Brayan Adán Martínez tiene 12 años de edad, y fue diagnosticado con una insuficiencia renal crónica debido a un padecimiento congénito. T
enía dos años con diálisis peritoneal. “Nos enorgullece mucho la recuperación de Brayan porque es un niño que en lugar de andar divirtiéndose con sus amigos, se la pasaba ligado a una máquina para sus tratamientos de diálisis peritoneal para seguir viviendo”, explica Sandra Luz Sánchez Vitela, procuradora de órganos con fines de transplante en el hospital del ISSSTE.
Para tratar una insuficiencia renal crónica existe la diálisis, hemodiálisis, y el trasplante. Brayan comenzó con diálisis y posteriormente, los doctores tomaron la decisión de trasplantarlo. En el ISSSTE de Torreón, desde 2006, cuando la Cofepris otorgó la licencia, se han realizado 44 trasplantes renales en adultos y uno infantil.
Alejandro Gómez es el médico responsable de estas operaciones, y a su equipo de trabajo se sumó Edson Cisneros, nefrólogo pediatra. “Hasta ahora entre los derechohabientes del ISSSTE, no había sido necesario realizar un trasplante renal en niños, por eso es el primer caso, y estamos contentos de que los resultados hayan sido exitosos”.
De los 45 pacientes trasplantados, sólo han muerto dos y fue por causas externas al trasplante, pues presentaron otro tipo de complicaciones.
“En el caso de Brayan, tendrá que someterse de por vida a un tratamiento inmunosupresor, es costoso pero el hospital del ISSSTE lo tiene como parte de sus insumos”, dijo Sandra Luz Sánchez.
CUIDADOS
Su recuperación implica reposo, como en el caso de cualquier operación, pero después podrá hacer su vida como cualquier niño sano. Su dieta será especial, pero en realidad es lo que todas las personas deben comer para tener una vida saludable, como alimentos bajos en sal, frutas, verduras, agua, leche, entre otros. Brayan dice que se siente súper bien, “estoy muy feliz y quiero mucho a mi papá por haberme donado su riñón”.
El pequeño va a la primaria Luis Donaldo Colosio y cursa el sexto grado de primaria. Aún no sabe qué estudiará cuando sea grande pero le gustaría convertirse en futbolista. Ahora podrá jugar con sus amigos y con sus hermanos, Édgar y Jaciel, y ya no tendrá necesidad de estar ligado a una máquina.
“Aún estoy en recuperación pero voy a estar bien”, dice Brayan. Francisco Julián Martínez Hernández dice que se siente muy bien tras la operación, “le dije a la señorita Sandra que yo quería ser el donador, y gracias Dios salió todo bien”, Francisco es agente de tránsito y en ocasiones sentía miedo de que algo malo le pasara y no pudiera donarle el riñón a su hijo.
“Quería que la operación fuera pronto porque mi trabajo es muy riesgoso debido a la inseguridad, pero gracias a Dios todo resultó bien. Si mi hijo aguantó las diálisis y otras cirugías que tuvo previas al trasplante, yo también estaba dispuesto a enfrentar los riesgos”, comenta.
Francisco aún recuerda que por las noches tenía hacerle la diálisis a Brayan, “como mi hijo tenía un catéter no podía correr, no podía hacer muchas cosas, y a mí me dolía mucho verlo así”. Brayan sufrió mucho durante su enfermedad pero Francisco se muestra optimista de que ahora tendrá una mejor vida, “veo que le echa muchas ganas para salir adelante, y me siento muy contento”.
En su trabajo, Francisco recibió todo el apoyo para someterse al trasplante. Aún no sabe cuánto tiempo más tardar en incorporarse a la Dirección de Tránsito y Vialidad. “Gracias a Dios me siento muy bien, espero regresar pronto a trabajar”.