“Chaco” Giménez se lamenta tras la derrota de Cruz Azul 0-2 ante Querétaro, descalabro que acabó con la racha de tres victorias que sumaban los cementeros en el Torneo Apertura 2013. (Agencia Reforma)
Ironías del destino. Cruz Azul perdió lo invicto de local en un estadio que no es su casa, aunque anteriormente lo fue.
Querétaro, el "mata gigantes" de la Liga, dado que también superó a Pumas y Chivas, lo derrotó por 0-2 con goles de Esteban Paredes y Luis Loroña, en un Estadio 10 de Diciembre colmado de azules, pero que al final le pesó a los cementeros, que nunca se acomodaron en la cancha, que nunca mostraron lo que de ellos se espera.
Cruz Azul se queda con 13 puntos y un dolor grande, ya que el próximo juego lo disputarán sin seleccionados ante Toluca, en tanto que los Gallos llegan a 12 y la moral se eleva.
La mala suerte celeste comenzó temprano, cuando Apodí se echó un clavado que el árbitro compró como penalti, cometido por Torrado. Paredes, que para éstas se pinta solo, lo convirtió en gol (8').
Gol que no acalló al Estadio 10 de Diciembre, que vio al árbitro como el principal responsable de que su equipo se viera abajo. Pero la realidad fue que Cruz Azul tardó en reaccionar, tardó en meterse al partido, tardó en darse cuenta de que estaba abajo.
Joao Rojas no estaba conectado, Pablo Barrera ni enterado. "Chaco" jugaba libre pero sin socio para actuar, ya que Torrado no lo acompañaba.
Poco trabajo tenía el portero queretano Édgar Hernández.
La pesadilla se agrandó para Cruz Azul cuando el más seguro falló y es que Amaranto Perea consintió a Luis Loroña, quien le hizo la faena para fusilar a Corona (38').
Y ya con desventaja de dos goles, la Máquina se dio cuenta que estaba jugando un partido. Pavone tuvo más movilidad y el "Chaco" al fin pudo tener a quién pasar, en ese lapso, ya casi al final del primer tiempo, Pavone probó a Hernández, quien le detuvo el disparo y también el contrarremate de Barrera.
Para la segunda parte, Memo Vázquez no esperó y echó la carne al asador. Mauro Formica y Jerónimo Amione entraron a la cancha por el intrascendente Barrera y el corajudo Alejandro Castro. Las modificaciones se notaron de inmediato. Cruz Azul tuvo más el balón y más llegada, más cuando Sergio Nápoles entró a cubrir la franja izquierda. El "Zippo" comenzó a desbordar, los remates se multiplicaron, pero Hernández respondió a lo grande.
El tiempo se acabó y la muralla queretana alzó los manos, ya que su defensa heroica funcionó en todo momento.
Al final, Cruz Azul perdió el invicto de local en su otrora casa ante el "mata gigantes".
