Héctor Adomaitis formó parte del cuerpo técnico de Benjamín Galindo, que el año pasado perdió la final de Concacaf contra el mismo rival, Monterrey. (Archivo)
- Esta columna nace el día en que Seattle Sounders elimina a Tigres de la UANL del torneo de Concachampions.
Recuerdo que envié un mensaje en mi cuenta de Twitter: "Se abren grandes posibilidades para SANTOS". Rafael Rosell (periodista y voz del estadio) respondió mi mensaje: "¿tú crees?, ojalá y esta sea", o algo parecido (noté una pequeña duda). "Todavía faltaban por jugar varios partidos más", contesté, "no tiene rival hasta la final; los americanos son buenos para otros deportes, para el futbol todavía no", (siempre hablando en términos generales porque hay excepciones); no había duda alguna que se iba a repetir la misma final de un año atrás.
Viejos conocidos se vuelven a ver las caras. Guerreros y Rayados, por una nueva final de las tantas disputadas entre ambos. Equipos con una columna vertebral sólida, es decir, que cuando se arma un plantel esto es prioridad.
Santos con Oswaldo Sánchez, Felipe Baloy, "Chato" Rodríguez y Oribe Peralta.
Monterrey con: Jonathan Orozco, José María Basanta, Walter Ayoví y Humberto Suazo.
Pedro Caixinha avanzado el torneo encontró la formación que más le convence y ha conseguido resultados, con un parado de 1-4-3-1-2, o en este caso puede mantener la misma formación del último viernes, haciendo ingresar a Quintero en reemplazo de Lugo, y mantener el mismo parado que tienen los dirigidos por Vucetich, con un 1-4-4-1-1. Estos no son números de teléfono, es como tratan de acomodarse los equipos en la cancha y varía de acuerdo a la posición del balón.
Santos ha demostrado ser un equipo sólido y regular (sus números lo indican), bien en sus recorridos, trabajo que si lo deja de hacer uno, rompe el esquema.
Monterrey, con bastante tiempo con Víctor Manuel Vucetich y logros alcanzados (algunos dicen que el ciclo con este plantel está en su etapa final, depende de ellos) no cambiará su esquema si modificara en nombres con respecto al último juego disputado entre ambas instituciones.
Santos tendrá que estar atento al juego aéreo, media distancia de Ayoví, Delgado con su gambeta, remate y centro, y para concluir la dupla conformada con De Nigris-Suazo, el primero juega muy bien de pivote para su compañero y aparece al segundo palo; el chileno se tira unos metros atrás, en alguna medida lo tendrá que tomar el ocho santista y en los linderos del área por un central, prioridad es que reciba siempre de espaldas porque si juega mirando el arco de frente, es temible.
Los del Tec están atentos a la táctica fija, el pase al movimiento de los delanteros, Quintero (si elige bien la jugada, marca diferencia), y Peralta, ¿qué podemos agregar del medallista olímpico? Aparte de las condiciones que todo el mundo conoce (define bien con los dos perfiles, cabecea bien, cubre bien el balón, tiene el fuego interno de un grande) al igual que el nueve rival, si tienen dos tiempos cerca o dentro del área es muy factible gritar gol.
En términos generales, es lo que están demostrando estos equipos en el presente. Conozco muy bien a los dos y por supuesto que hay otros puntos más finos: a quién no dejar girar, taparle el perfil a uno, buscar la diagonal a otro, a quién encarar en el uno contra uno... Esos puntos los conocen muy bien sus respectivos cuerpos técnicos y serán los encargados de explotar.
¿Podrán los regios tener una nueva oportunidad para hacer una mejor presentación en el Mundial de Clubes o serán las ganas y deseos de los jugadores de la Comarca para hacer las reservas rumbo a Marruecos?
El futbol es un juego con responsabilidad. Entiendo que es una guerra (deportivamente hablando) donde el rival es el enemigo y se va siempre fuerte al balón con lealtad al compañero de profesión, sin valentones que dejan a sus compañeros por una tarjeta.
Siempre hay errores de los árbitros, esperemos que éstos no influyan en el marcador global. Al fin, si tienen que llorar los niños, es mejor que lo hagan los hijos del contrincante.
En una final, la frase más escuchada "no importa cómo juegues, hay que ganar", pero les recuerdo cuando mejor juegues (controlar y ofender al rival) da más posibilidades de levantar la Copa. Cada jugador tiene su propia batalla con su oponente más próximo, la suma de éstas harán que triunfen como equipo. La mentalidad, concentración, actitud (entrega total), no es negociable.
Los equipos y estadios están listos. Las ciudades, con expectativas y vibrantes aficiones acompañando a su equipo son parte importante de este deporte llamado futbol.
Se conocen. Se vieron las caras. No hay segundas oportunidades, es el momento. Ciento ochenta minutos (más los descuentos). Desde el lugar en donde estés (campo, banca, tribunas, plateas, palcos, televidente), si leíste estas líneas y tu motivación no está al 100%, estarás en el lugar equivocado.
Grandes exponentes del futbol mexicano. Buenos planteles, bien dirigidos, vuelven a reeditar la máxima instancia de jugar una final. Mejor que se escuchen los cantos de la afición, el bombo, agiten sus banderas, hagan sentir su aliento... o mejor, mejor que suene el silbato inicial y que corra el balón.
ÉXITO PARA TODOS
@rusoadomaitis