El jaloneo que se dio entre los legisladores para concretar la designación de los integrantes de los órganos de gobierno de los organismos autónomos revela con meridiana claridad la intención del Ejecutivo federal, directamente o a través de las bancadas de su partido, de controlarlos, acabando con la lógica de la autonomía.
Cuando se convocó al periodo extraordinario de sesiones se incluyeron en la agenda la designación de los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia Económica, así como al consejero electoral faltante en el Consejo General del Instituto Federal Electoral. Ninguno se pudo concretar, quedaron todos pendientes para el periodo ordinario que inicia el próximo primero de septiembre.
También estaba programada, en la Cámara de Diputados, la discusión de la minuta que contenía la reforma constitucional para darle plena autonomía al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, entre las que un punto de discusión era la permanencia o no de los actuales cinco comisionados, la reforma prevé un cambio en el procedimiento de designación y el incremento de cinco a siete, por lo cual también hay que hacer designaciones. En este caso los diputados priistas lograron su cometido de dejar pendiente la permanencia de los cinco actuales a la ratificación del Senado.
La realidad es que todavía no se logra encontrar el procedimiento adecuado para designar a los integrantes de los órganos de gobierno de los organismos autónomos. La fórmula del IFE de inmediato se pervirtió al convertirse en un reparto de cuotas entre los tres partidos con mayor participación electoral en México; en el IFAI, la fórmula inicial de que el presidente designara y los senadores, en su caso, vetaran permitió a los dos presidentes panistas mantener el control de la mayoría durante sus gobiernos; y la barroca fórmula prevista para la designación de los comisionados del Ifetel y la Cofeco parece que tampoco es una respuesta aceptable, ya no se diga ideal.
La designación del consejero faltante en el IFE está detenida porque los partidos de oposición se niegan a reponerle su posición al PRI (ante la renuncia de Sergio García Ramírez) y prefieren esperar a la designación de cuatro consejeros electorales y el consejero presidente en octubre próximo, cuando pretenden renegociar las cuotas y quedarse con tres cada uno.
Pero en el caso de los dos órganos autónomos de nueva creación se cometieron al menos dos errores fundamentales en el diseño del procedimiento: uno, se privilegió excesivamente la evaluación de conocimientos (competencias si se quiere ser generoso), pero se olvidó que dados los poderosísimos intereses que enfrentan esos organismos, al menos tan importante como el dominio del tema es el prestigio, carácter e independencia de los integrantes; y dos, finalmente le dieron todo el poder al presidente al dejarle plena libertad para escoger a sus propuestas de entre las quintetas que le presentaron los evaluadores.
Hábiles, como son los priistas, se aseguraron que en cada una de las quintetas llegaran personas afines a ellos y así el presidente logró detectar entre dichas listas a seis aspirantes que se desempeñan actualmente dentro de la administración pública federal para proponerlos como comisionados de Ifetel y a cuatro, en el caso de la Cofeco, así en ambos casos -según el senador panista y experto en Telecomunicaciones, Javier Corral- asegura la mayoría de votos en ambos plenos, ya que los dos estarán integrados por siete miembros.
Y en el caso del IFAI, dado que de acuerdo a la minuta aprobada en el Senado simplemente procedía designar a dos nuevos comisionados y esperar que los actuales fueran cumpliendo el periodo para el que fueron designados para empezar a ocupar sus vacantes, los diputados decidieron abrir sus márgenes de maniobra para asegurarse el control de al menos cuatro de los siete y para ello establecieron en un transitorio que los actuales comisionados tienen que expresarle al Senado su deseo de concluir su periodo y éste tendrá que aprobar o rechazar dicha solicitud, con lo cual en realidad se abre la designación de los siete comisionados. Dado que los diputados modificaron la minuta que les envió el Senado, la minuta tiene que regresar a la cámara de origen y ser aceptada o modificada.
El sentido de los organismos autónomos es delegar en instancias ajenas a los vaivenes e intereses políticos y/o de las entidades reguladas (empresas y partidos políticos) las decisiones que permitan salvaguardar los intereses de la sociedad, para ello se requiere que quienes lleguen a sus órganos de gobierno cuenten con las competencias necesarias para ello, entre las que se encuentran desde luego el dominar el tema, pero también el tener un prestigio que cuidar, gozar de autonomía para la toma de decisiones -lo cual implica no tener vínculos con los sujetos regulados y/o el gobierno y los partidos políticos- y el carácter y templanza suficientes para enfrentar las presiones que recibirán, pues en los cuatro casos mencionados los sujetos regulados son muy poderosos y las decisiones que se tomarán afectarán intereses de algunos de ellos.
Lamentablemente todos los avances logrados con las mejoras regulatorias y la creación de instituciones se echan abajo con la captura de los órganos de gobierno por parte del Ejecutivo, los partidos políticos o los sujetos regulados. Así la creación de organismos autónomos es una simulación que finalmente lo único que permite es quitarle responsabilidad al Ejecutivo, pero no cambia en nada el modus operandi. Nuevas normas y nuevos organismos, pero los mismos vicios y, por ende, resultados.