BARCELONA.- Noventa mil personas se reunieron en el Camp Nou del equipo de futbol de Barcelona este pasado 29 de junio para apoyar la independencia de Cataluña. Ondearon miles de banderas con las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo de la corona de Aragón, emblema de Cataluña y del sueño de independencia de la región.
Cataluña tiene su propio idioma y cultura. El deseo de independencia es en parte producto de las restricciones al uso de la lengua y los símbolos regionales. Durante el franquismo se prohibió el uso del catalán en la administración pública, la educación y los medios de comunicación. Hoy hay no sólo libertad sino incluso obligatoriedad para su uso. Sin embargo, el nacionalismo catalán ha tomado una nueva actitud, una actitud de derecha, reflejada en unas recientes declaraciones de Artur Mas, presidente nacionalista de la Generalitat (gobierno catalán) que ha contrapuesto la "Cataluña productiva" al "Estado subvencionado y subsidiado".
Cataluña es una de las regiones más ricas de España: Su renta per cápita es de 27,430 euros anuales, muy por arriba de Extremadura, con 16,149 o Andalucía con 17,587 aunque debajo del País Vasco con 31,288, de Navarra con 30,068 o que la Comunidad de Madrid con 29,731.
Nadie sabe realmente cuánto aporta Cataluña al Estado español y cuánto recibe de él. Las economías de Cataluña y España están tan relacionadas que es imposible separar una de la otra. Por su mayor prosperidad, sin embargo, es lógico que Cataluña aporte más de lo que recibe de un Estado que busca ser solidario y subvencionar a los pobres.
Según la Generalitat, Cataluña aporta el 19.4 por ciento de los recursos del Estado español, pero recibe solamente el 14.2 por ciento. Un reciente informe de JP Morgan, sin embargo, comentaba: "Si Cataluña no está preparada para subsidiar las regiones más pobres de España, ¿por qué deberían estarlo Alemania y otros países del norte?"
La gran pregunta es qué tanto quieren los catalanes dejar de ser españoles. La Generalitat difundió en 2012 una encuesta del Centro de Estudios de Opinión según la cual el 51,1 por ciento de los catalanes votaría por la independencia si pudiera hacerlo. El 55.5 por ciento de los encuestados afirmaba que Cataluña estaría mejor en lo económico si fuera independiente. No es ciertamente una mayoría abrumadora, pero el separatismo ha avanzado en los últimos años. Ésta ha sido la primera vez que el sí a la independencia rebasó el 50 por ciento.
La Constitución española establece la "indisoluble unidad de la nación española" mientras que "garantiza el derecho de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas". Cualquier intento de una región por salir de España es, por tanto, una violación a la Constitución. El gobierno catalán, afirma Madrid, no puede siquiera hacer un referéndum sobre el tema porque se pondría fuera de la ley.
La verdad, sin embargo, es que ningún Estado puede retener de manera indefinida a un pueblo contra su voluntad. Si bien los catalanes han obtenido toda la autonomía y los derechos que han buscado, para muchos esto no es suficiente.
En 1918 el escritor Miguel de Unamuno escribió una carta a Manuel Azaña en que decía: "Justo es, pues, que España pierda ahora Cataluña. Y la perderá, no me cabe duda que la perderá. La federación no es más que una hoja de parra". La incompatibilidad del alma castellana y la catalana era la razón que aducía Unamuno.
Yo no estoy tan seguro. Demasiados catalanes se sienten tan orgullosos de ser catalanes como españoles. Pero hay una irritación indudable. Un gobierno que pretende ser solidario, y quita a algunos para dar a los demás, podría estar sembrando las semillas de la separación.
LEGALIZACIÓN
Miguel Ángel Mancera ha hecho la propuesta correcta. No podemos seguir viviendo en un estado de dogma y de cerrazón. Debatir la legalización de las drogas es indispensable en el mundo contemporáneo.
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