Mascotas se suman. Mascotas. Hasta las mascotas salieron con sus dueños a peregrinar hasta la iglesia de Guadalupe. Recientemente se sumaron las organizaciones de protección animal.
Peregrinos caminan con devoción hasta el altar de la Virgen de Guadalupe. Llegan a ella con lágrimas en los ojos, otros oran en silencio y hay quien manifiesta su fe danzando.
Las empresas, escuelas y hasta los vecinos se organizan para festejar a la virgen morena. Cada uno lo hace a su modo y de acuerdo a sus posibilidades económicas, lo cierto es que no hay año sin peregrinaciones.
La mayoría de los fieles elige la Alameda Zaragoza como punto de reunión. Ahí se organizan los rezos y los cantos. Las madres acomodan los penachos o mantos de sus pequeños danzantes.
En la fiesta de la fe hay de todo. Desde las bandas musicales con trajes de colores chillones, hasta las mujeres mayores que rezan quedito. Aunque las más esperadas son las bandas, caminan con sus instrumentos y tocan La Guadalupana varias veces.
Los más temidos son los “viejos de la danza”, los niños lloran al verlos y sonríen cuando les hacen travesuras a los danzantes.
Casi al llegar al altar, los olores toman por asalto a los visitantes. Y es que las tortillas bañadas en chile colorado y rellenas de queso invitan a la feligresía a sentarse a degustar unas enchiladas callejeras.