Los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero reportan rezagos en los niveles de bienestar social y, en consecuencia, en la salud de amplios segmentos de la población.
Se les considera zonas de pobreza extrema, pese a sus abundantes recursos agrícolas, ganaderos y forestales, donde las llamadas enfermedades del rezago (desnutrición, leishmaniasis, tripanosomiasis, tracoma, oncocercosis, helmintiasis, rickettsiosis y tuberculosis) aún no han sido erradicadas.
“Las enfermedades transmisibles no han dejado de estar presentes en el territorio nacional, pero no sólo por el rezago social, sino también por un conjunto de factores que rebasan la perspectiva médica”, asegura la doctora Guadalupe Soto Estrada, académica y epidemióloga de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional.
Tanto los adelantos médicos como las innovaciones tecnológicas han contribuido a disminuir e incluso erradicar enfermedades como el sarampión o la poliomielitis; no obstante, otros padecimientos, como los ya mencionados, no han sido eliminados, debido a su relación con las condiciones de vida vinculadas a determinantes sociales de la salud.
Por ejemplo, el tracoma, que causa ceguera y entre los indios tzotziles de Chiapas es frecuente, se puede evitar con un simple lavado de manos; sin embargo, aquéllos no tienen acceso a agua potable.
Las enfermedades del rezago pueden abatirse con atención médica, cuyo peso específico recae en el tratamiento oportuno, el diagnóstico y el seguimiento, pero están asociadas a situaciones de pobreza, como la falta de acceso a servicios de salud.
“Además, por las condiciones de vida de quienes las padecen, como la falta de saneamiento y de higiene, el manejo inadecuado de desechos, los bajos ingresos y la poca o nula educación, se dificulta su tratamiento. Todo esto promueve un círculo donde persiste la enfermedad y la pobreza, y, por consiguiente, la mortalidad, cuyo mayor impacto se ve entre los niños”, dice la especialista del Departamento de Salud Pública de la FM.
La mortalidad, en términos epidemiológicos, es un fenómeno complejo. Así, cuando es causada por enfermedades diarreicas, podría evitarse si los niños tuvieran una atención adecuada o si el padre y la madre poseyeran un nivel educativo aceptable.