Don Enrique Mesta Zúñiga, periodista y filósofo.
DATOS BIOGRÁFICOS DEL ESCRITOR, PERIODISTA Y POETA DON ENRIQUE MESTA ZÚÑIGA
Los siguientes textos fueron tomados de mi libro inédito: "Bustos en Bronce en la Calzada de los Escritores Laguneros", Alameda Zaragoza de Torreón, Coahuila, como sigue:
"Don Enrique Mesta Zúñiga, nació en la ciudad de Cuencamé, Dgo., el día 28 de julio de 1905, según consta en el acta del Registro Civil que tengo a la vista, y en que se manifiesta que está registrado en el Libro No. 2 a fojas 10 del lugar mencionado. Fueron sus padres don Pablo Antonio Mesta Salazar y doña Juana Zúñiga Alva, oriundos del mismo lugar.
Sus abuelos fueron, el paterno don Pablo Mesta y doña Isidora Salazar, y los maternos, don Simón Zúñiga y doña Juana Alva, con raíces, o permanencia, todos en Cuencamé.
Sus estudios: La instrucción primaria la realizó don Enrique Mesta Z., en su natal Cuencamé y después, se dedicó a estudiar por su cuenta, especialmente libros de filosofía, que eran la pasión de su vida. Allí tenemos a otro autodidacta que llegó a lograr las alturas en la filosofía.
Toda su vida la dedicó a trabajar en diversos periódicos como luego veremos, así como a escribir serios artículos filosóficos y de comentarios literarios.
Desde muy joven entró a trabajar en La Opinión, luego por largos años en El Siglo de Torreón, (en ese orden me lo dijo su hijo Enrique que trabajaba en Noticias desde hace once años). Yo tenía entendido que primero había estado en la redacción de El Siglo. También incursionó en la prensa capitalina, primero en la Cadena García Valseca, luego en el Universal Gráfico, así como en el periódico A.B.C., y posteriormente en El Siglo de Torreón hasta su muerte.
Por algún tiempo fue colaborador en el periódico Noticias, y también trabajó en la Imprenta del Tecnológico de La Laguna.
SU MATRIMONIO: Don Enrique Mesta Zúñiga, contrajo nupcias con la señorita Magdalena Mondragón Aguirre, que ha llegado a ser la más importante escritora de Torreón. Este enlace duró poco tiempo, puesto que a los caracteres eran diametralmente opuestos, ya que mientras don Enrique era callado, modesto, casi introvertido, diría yo, sin deseos de sobresalir y de figurar en primeras planas; por el contrario, le gustaba permanecer semioculto. Doña Magdalena, por su parte, en aquellos tiempos no era famosa, como lo ha llegado a ser. Ella quería escribir, figurar y ser ella, por lo que al no concordar, decidieron la separación y el matrimonio terminó en divorcio. Doña Magdalena era prima de otro genio de las matemáticas y la astronomía, don Joaquín Sánchez Matamoros (él me lo dijo).
Segundas nupcias de don Enrique Mesta Zúñiga, fueron con la señorita María Concepción Sánchez Matamoros, hija de don Joaquín Sánchez Torres y doña Otilia Matamoros y hermana del astrónomo mencionado.
No tengo la fecha exacta de su segundo matrimonio, pero debió ser a finales de 1940 o principios de 1941, ya que su único hijo nació el 24 de diciembre de 1941. Con este hijo que llevaba el nombre de su padre: Erique Mesta Sánchez, sigue los pasos de su padre, en cuanto al trabajo en el periódico.
En uno de los saloncitos de noticias, me hizo favor de recibirme y proporcionarme algunos datos sobre su padre, así como las actas de nacimiento y de defunción, para ser utilizados en esta biografía.
Aún más me dijo Enrique Mesta Sánchez, que su padre todavía contrajo un tercer matrimonio y tiene una media hermana, cuyos nombres no proporcionó. Su madre, Ma. Concepción, falleció en Ciudad Lerdo, Dgo., por piquete de una viuda negra.
La residencia de don Enrique fue durante casi toda la vida, desde que abandonó Cuencamé, en Ciudad Lerdo, Dgo.
Don Enrique Mesta Zúñiga, fue uno de los fundadores de la revista Cauce y por lo mismo formaba parte del Grupo Cultural que floreció y dio auge a las letras y al arte en todas sus manifestaciones. Allí estaban don Alonso Gómez Aguirre (El Chato Gómez), el Lic. Federico Elizondo Saucedo, el Lic. Salvador Vizcaíno Hernández, don Joaquín Sánchez Matamoros, don Juan Antonio Díaz Durán, Pablo C. Moreno Viveros, don Emilio Herrera Muñoz, y otros como Rafael del Río Rodríguez, y yo que me les uní en la época del Nuevo Cauce, al igual que Luis Díaz Flores, etc.
Muchas veces estuvimos juntos en reuniones en que los temas de prioridad eran las letras. Un día convivíamos en la casa de Pablo C. Moreno y al tratarse del menú a disfrutar, se le ocurre al serio de don Enrique Mesta decir: "Lástima que la filosofía no hace pasojo" o sea que no daba para comer y él era filósofo y de los buenos.