La periodista y escritora Magdalena Mondragón Aguirre, fue la primera esposa del periodista y filósofo don Enrique Mesta Zúñiga.
VIDA Y OBRA DEL PERIODISTA Y FILÓSOFO DON ENRIQUE MESTA ZÚÑIGA
Los siguientes textos fueron tomados de mi libro inédito: "Bustos en Bronce en la Calzada de los Escritores y Otros Más", en la Alameda Zaragoza de Torreón, Coahuila, como sigue:
"...También convivimos en algunas veladas literarias, ya con el poeta Pedro Garfias, ya con la poetisa Carmen de Mora, o en algún recital musical que encabezaba don Alejandro Vilalta.
Sus libros: El 26 de abril de 1952, la revista Cauce publicó el primer libro de don Enrique Mesta Zúñiga, que lleva el título de "Del Arte Deshumanizado al Muralismo Mexicano", en que asienta su bosquejo del trabajo, que dice lo siguiente:
"En las investigaciones sociológicas del arte sucede algo muy semejante a lo que pasa en las reflexiones estéticas. No abundan los filósofos preocupados primordialmente por la estética. La mayoría se dedica a tareas epistemológicas, ontológicas, actiológicas, etc., son pocos los que siguen a Platón y Aristóteles, para dilucidar el problema de lo bello en relación con la verdad y el bien; o los que secundan a Kans y conhn para explicar el arte pretenden hacer de la estética una ciencia empírico-sicológica. Asimismo, no son muchos los leales a Woelfflin y Worringer dedicados a la ciencia del arte con el propósito de aclarar la naturaleza de las obras artísticas en su particular concretez. Cierto que hay filósofos con arte denuedo y voluntad loables para lanzarse a la empresa proceder de coordinar y ordenar el acervo de las meditaciones divergentes sobre el arte, a fin de establecer los principios de la investigación de la actividad artística. Sin embargo, aún estos filósofos al estudiar la vida artística -comprendiendo en ella como objetos a las obras de artes y como sujetos a los artistas, los críticos y a los contempladores- dedican preferente o exclusiva atención a hechos llamados creación, contemplación y valoración del arte. Se olvidan de que el arte también debe y puede ser estudiado en relación con los hechos sociales...".
Para entender el contenido de este libro, don Enrique Mesta hace un análisis del arte deshumanizado y dice así:
"Según Ortega y Gasset la nueva era del arte sonoro data de Claude de Bussy. Éste deshumanizó para la música, para que el oyente pudiera gozar del objeto artístico, en vez de gozar de sí mismos como en las obras del romanticismo musical. De tal modo, interpreta el hecho de que la música nueva -La Debussiana- no sea la masa enfusión de frases cuya solución presentía el oyente, sino una oración fragmentada, una sucesión de sonoridades musicales cada una valedera por su propia forma. Para el deshumanizador del arte la verdadera fruición de la música nueva consiste en apreciar cada cuadro del mosaico sonoro. Así la música se purifica, extirpando los sentimientos humanos...".
Más adelante, en el libro en su capítulo XIV, de la deshumanización al realismo, dice el autor lo siguiente: "...coinciden, pues, en Europa y México, el Ocaso de un estilo y el Orto de otro. Mientras Ortega y Gasset analiza y describe la renovación estética, como impulso de artistas jóvenes para deshumanizar el arte -lo que en rigor de verdad llamamos el final del estilo sosteniendo por la doctrina del idealismo estético-, allí mismo en España un pintor mexicano clama por un arte humano, grávido de realismo. La explicación sociológica es irrecusable. Los europeos sufren los efectos de la Primera Guerra Mundial en un ambiente cargado de inseguridad y angustia que espanta a los artistas y los hace refugiarse en su soledad metafísica, desvinculado del público, temerosos del contacto físico de las masas... Los artistas mexicanos, en cambio, respiran el optimismo de la Revolución Democrática y se proponen secundar la tarea reivindicadora desde su plataforma de la creación pictórica...
Su segundo libro: Don Enrique Mesta Zúñiga fue un gran lector y particularmente de la filosofía. Su extensa biblioteca estaba saturada de obras sobre este material. Usted podrá leer estos libros en la Biblioteca Pública Municipal que se encuentra en la Alameda Zaragoza en esta ciudad de Torreón. Don Enrique donó su legado cultural bibliográfico a la tierra que tanto quiso, en 1981...".
