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Personajes en la historia de México

Busto en bronce de don Enrique Mesta Zúñiga, develado en la Calzada de los Escritores Laguneros, en la Alameda Zaragoza de Torreón, el mes de septiembre de 1985, por el presidente municipal Lic. Manlio Fabio Gómez Uranga y el jefe de Cultura de la presidencia municipal don Francisco Fernández Torres.

Busto en bronce de don Enrique Mesta Zúñiga, develado en la Calzada de los Escritores Laguneros, en la Alameda Zaragoza de Torreón, el mes de septiembre de 1985, por el presidente municipal Lic. Manlio Fabio Gómez Uranga y el jefe de Cultura de la presidencia municipal don Francisco Fernández Torres.

José León Robles de la Torre

(Tres de tres partes)

VIDA Y OBRA DEL ESCRITOR Y FILÓSOFO DON ENRIQUE MESTA ZÚÑIGA

Los siguientes datos y textos fueron tomados de mi libro inédito: "Bustos en Bronce en la Calzada de los Escritores de la Alameda Zaragoza de Torreón, Coahuila, como sigue:

"...De sus amplios conocimientos adquiridos con la lectura y estudio de muchos volúmenes sobre la filosofía (con etimología griega: Philos, amigo, Sophis, ciencia, amigo de la sabiduría, amigo de la ciencia) adquirió sus conocimientos que daba a conocer por medio de sus artículos periodísticos, que luego concentró en un libro que salió a la luz pública en noviembre de 1965 con el título de "Filosofía de lo Social".

La presentación de ese libro la hizo otro amigo del Grupo Cultural de La Laguna, el Lic. Federico Elizondo Saucedo, que en una parte dice: "Tuve el privilegio de que se me encomendara la presentación de Enrique Mesta, tarea difícil, porque sus elaboraciones chocan con los sistemas tradicionales admitidos. Porque Mesta es ante todo un filósofo con ideas propias, y no un simple expositor -como piadosamente se les llama a los repetidores-, circunstancia destacada por Méndez Samrá hace algunos años.

Enrique Mesta, periodista de profesión, ha dedicado gran parte de su vida al estudio y a la meditación filosófica. Como el pilar fundamental de CAUCE -aquella revista que prestigiara la fecunda labor de los grupos de provincia- se ligó de manera definitiva al despertar intelectual lagunero y, en cierta medida, a la desaparición de la apatía cultural de Torreón en 1950.

Mesta no es un filósofo a la moda, vinculado con el estilismo y la dogmática existencialista; ni un allegado a grupos comprometidos con determinadas direcciones especulativas. Es un pensador serio, original, que plantea soluciones y que trata de fecundar, con nuevas hipótesis fincadas en firmes proyecciones científicas, una filosofía realista a tono con las confirmaciones de las contemporáneas.

Por otra parte, en el prólogo que escribió don Adolfo Méndez Samará, puede leerse, en relación a Enrique Mesta, lo que sigue: "...Una vez encontrado el principio de los principales, la alteración, Enrique Mesta se lanza por su propia cuenta a la crítica y construcción filosóficas por tres caminos: el de la lógica, el de las ciencias naturales y el de la sociología. Ya adentrándose en el libro, en el primer capítulo, puede leerse: "Infinidad de filosofía y ciencia. Los primeros cincuenta años del Siglo XX fueron tiempo propicio a un advenimiento loable entre la ciencia y la filosofía, al aproximarse, adquirieron el rango inusitado de una interacción cada día más incansable y cada vez más tomada en cuenta por quienes desde la parcela filosófica miraban de reojo al campo científico, a sabiendas de que en éste se les pagaba con la misma moneda. Pero llegaron días amables en que los filósofos tuvieron muy presente que para filosofar podían aprovechar algo de la cosecha obtenida por los científicos, mientras que éstos, para hacer ciencia, sintieron hondamente la necesidad de avalar sus conocimientos, en cierta medida, con la aprobación de quienes desde otras perspectivas observaban territorio más extenso y más diáfano.

SU MUERTE Y SU BUSTO EN BRONCE: El gran filósofo lagunero Enrique Mesta Zúñiga, de quien podría escribir no sólo estas páginas, sino un libro completo, pero que por razones de espacio tenemos que sintetizarla, se ausentó en el viaje sin retorno de nuestro grupo literario, pero dejándonos la inmortalidad de su importante obra.

Fue el día 23 de agosto de 1984, a las ocho horas, cuando un paro cardiaco de Etiología desconocida, según se asienta en el acta No. 327 de la Oficialía 2a. del Registro Civil de esta ciudad de Torreón, acabó con la vida del señor Mesta. El deceso tuvo lugar en el Instituto Tecnológico Regional de La Laguna, donde desempeñaba normalmente sus labores en la imprenta de la institución.

La presidencia municipal de Torreón, presidida por el Lic. Manlio Fabio Gómez Uranga y el señor Francisco Fernández Torres, jefe de Arte y Cultura de la presidencia municipal, develaron un busto en bronce en la Calzada de los Escritores Laguneros, de la Alameda Zaragoza de Torreón en septiembre de 1985, para dejar un testimonio de reconocimiento a los méritos del escritor y filósofo. Allí queda la prueba de que las autoridades le dan un justo valor a las cosas culturales para ejemplo de las generaciones presentes y futuras.

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Busto en bronce de don Enrique Mesta Zúñiga, develado en la Calzada de los Escritores Laguneros, en la Alameda Zaragoza de Torreón, el mes de septiembre de 1985, por el presidente municipal Lic. Manlio Fabio Gómez Uranga y el jefe de Cultura de la presidencia municipal don Francisco Fernández Torres.

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