Vida y obra de don Emilio Herrera Muñoz, periodista y poeta. Aparece en la foto acompañado de su esposa doña Elvira Arce de Herrera.
(2 de 5 partes) DATOS BIOGRÁFICOS DEL PERIODISTA Y POETA DON EMILIO HERRERA MUÑOZ
Los textos de este artículo fueron tomados de mi libro inédito: "Bustos en Bronce en la Calzada de los Escritores Laguneros", en la Alameda Zaragoza de esta ciudad, como sigue:
SU MATRIMONIO: Cómo conoció a la señorita Elvira Arce, lo cuenta don Emilio en la plaqueta que escribió en 1982, con motivo de los 75 años de Torreón como ciudad. La plaqueta es: "Mi Ciudad", y en una parte dice:
"En Torreón conocí a Elvira. En esta ciudad de amplios horizontes se encierra toda nuestra historia. El campo de nuestros esfuerzos ha sido éste, y el de todos nuestros sueños, los que hemos realizado y los que soñamos cada día. Nos rodean, grávidos del mismo amor, quienes habrán de continuarlos. Aquí están, también, nuestros muertos: los abuelos, los padres, los hermanos y aquel hijo que no quiso vivir. Por eso digo que mi ciudad es ésta: La va pagando mi tribu al precio de su espíritu, de su vida y de su muerte".
Fue por el año de 1946, en noviembre, cuando la flecha de Cupido le traspasó su corazón, se hizo realidad, y lleva a su amada Elvira hasta el altar para unirse en santo matrimonio. Ella, Elvira Arce Posada, hija de don Isidoro Arce, natural de Rumoroso, Santander, España, y de doña Elvira Posada nacida en México.
Este matrimonio ha sido prolífico y nueve hijos lo demuestran. Ellos son: Emilio Manuel Herrera Arce, que en un tiempo también incursionó en la prosa y la poesía, pero luego los dejó. Está casado con doña Magdalena "Lily" Reyes.
Ricardo Isidoro Herrera Arce que se casó con Luz María Guerrero. José Luis Herrera Arce, que incursiona en las letras en la modalidad de Cuentos, y está casado con la poetisa Hortensia de la Cruz. Elvira Rosa Herrera Arce, que contrajo nupcias con el doctor Luis Alberto Aguirre. María Guadalupe Herrera Arce, casada con don Vidal Sánchez. Francisco Javier Herrera Arce, que heredó la vena poética de su padre y frecuenta el jardín de las musas, habiendo ya publicado su primer libro -que permanece soltero. Miguel Ángel Herrera Arce, casado con la señorita Perla Fernández. Rafael Herrera Arce, que voló al cielo siendo niño, y que Emilio evoca en sus recuerdos en muchos de sus artículos periodísticos, con un coloquio de la tierra hasta las alturas del más allá. Carlos Alfonso Herrera Arce, casado con Virginia "Bibi" Sosa.
SUS LIBROS Y OTRAS PUBLICACIONES: Por el año de 1948, don Emilio fue colaborador de la revista Cauce de la que he hablado en otros capítulos de este libro y particularmente en el del licenciado Federico Elizondo Saucedo. Pues bien, de esta primera etapa de Cauce, cuyo primer número fue de agosto y septiembre del año citado, y se editó hasta junio de 1949, siendo cinco ejemplares que se distribuían en varias partes del país, y del extranjero con muy buena aceptación.
Después vino el nuevo Cauce del que se publicaron ocho números de julio de 1965 a junio de 1968, publicándose algunos libros patrocinados por Cauce.
El año de 1945 vio la luz el libro de don Emilio Herrera Muñoz, "Las Arenillas del Nasas", del que luego hablaré. Otros libros de don Emilio, o plaquetas, han sido La Pobre Fea, El Signo Ardiente, Vuelto a Nacer, Mi Ciudad, y El Séptimo Día, Plaquetas, y el libro: "Postales Camineras".
El prólogo de "Arenillas del Nasas", lo escribió el filósofo don Enrique Mesta, y en su primer párrafo se puede leer lo siguiente:
"Las analíticas de Aristóteles extienden aún su influencia al mundo oxidental. Éste piensa por premisas y conclusiones. Sin embargo, fue F. Bacón quien propuso que el método se aplicara al estudio de las investigaciones científicas... Otro párrafo... "Pero aquí tenemos un libro distinto. Estas 'Arenillas del Nasas' hicieron a un lado el método y se olvidaron de la costumbre de pensar por premisas y conclusiones. Emilio Herrera, joven lagunero de fecunda cultura intelectual y moral, escribió estas Arenillas, Arenillas no, polvo de oro arrastrado por las turbulentas aguas del Padre Nasas", que no son máximas, como las de Epicteto, ni aforismos como los de Hamilton, ni grocerías como las de Gómez de la Serna. Son ideas expresadas en pocas palabras, -ni una más, ni una menos- dichas con elegancia y muy hondo pensar. Son mundos de pensamientos aprisionados metafóricamente en el Universo de granitos de polvo que fue montaña..."