La semana pasada el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó la revisión semestral de sus perspectivas de la economía mundial (World Economic Outlook), manteniendo el tono cauteloso que ha prevalecido en sus pronósticos a lo largo de 2013 y destacando el riesgo de que se produzca un resultado más débil que el previsto.
Las perspectivas del FMI para la economía global muestran un crecimiento más pesimista que el anticipado en la actualización publicada en julio pasado. De esta forma, se espera que la producción mundial crezca 2.9 por ciento en 2013 y 3.6 por ciento en 2014.
El FMI señala que el crecimiento global continúa siendo distinto entre las economías avanzadas, por un lado, y las emergentes y en desarrollo, por el otro. Las primeras crecerán a un ritmo de 1.2 por ciento en 2013 y 2.0 por ciento en 2014, mientras que las segundas tendrán crecimientos de 4.5 y 5.1 por ciento en esos años, respectivamente.
Sobresalen, como de costumbre, los crecimientos anticipados para las economías asiáticas emergentes, aunque con una moderación notable respecto a los años inmediatos anteriores. El FMI considera que China crecerá 7.6 y 7.3 por ciento, respectivamente, en 2013 y 2014, en tanto que la India lo hará en iguales años en 3.8 y 5.1 por ciento.
De particular importancia para nosotros, el crecimiento económico estimado por el FMI para Estados Unidos (EU) se sitúa en 1.6 por ciento en 2013 y en 2.6 por ciento en 2014, cifras iguales a las usadas por nuestras autoridades en su visión macroeconómica que comenté la semana pasada.
Estas proyecciones, sin embargo, parten del supuesto clave de que el cierre parcial de operaciones del gobierno de principios de este mes es de corta duración y que el límite de la deuda del Gobierno Federal se logra elevar oportunamente.
Para nuestro país, el FMI es más pesimista que el gobierno mexicano y está en el punto medio de mis expectativas que comenté en mi columna anterior al esperar un 1.2 por ciento de crecimiento para 2013, y de 3 por ciento para 2014.
Respecto al crecimiento esperado por el FMI para el grupo de las economías emergentes y en desarrollo, es claro que el nuestro continúa rezagado. Incluso, ahora el dinamismo anticipado para la economía mexicana este año es inferior al de la economía brasileña (2.5 por ciento).
Al respecto, es importante mencionar que el deterioro relativo de nuestra economía en 2013 obedece principalmente al menor avance de la economía estadounidense, la lentitud en el ejercicio del gasto público y el estancamiento relativo de la masa salarial.
Por otra parte, como lo menciona el FMI en el documento referido, los riesgos por la inminente reducción de los estímulos monetarios en EU y las vulnerabilidades internas en varias economías emergentes, pueden dar lugar a ajustes en los mercados globales.
Olivier Blanchard, economista principal del FMI, destacó al presentar los nuevos pronósticos que el crecimiento en las principales economías emergentes, aunque fuerte todavía, podría ser inferior al previsto, como resultado de la transición a una economía global con menores estímulos. Además sus propios cuellos de botella en infraestructura, mercados laborales e inversión, han contribuido a una transición con desaceleración en las economías emergentes.
En particular señaló que "Esta transición está generando tensiones, donde las economías emergentes enfrentan simultáneamente los retos de la desaceleración en el crecimiento y las cambiantes condiciones financieras globales".
Respecto a la política económica en los países latinoamericanos, incluyendo a México, el FMI señala que sus autoridades tienen que estar preparadas para enfrentar una reducción en el crecimiento por el riesgo de una baja drástica en los precios de las materias primas, así como por una mayor volatilidad en los mercados financieros y la continuación de las salidas de capital.
Al mismo tiempo, el organismo internacional recuerda que el saneamiento fiscal debe continuar en todos los países latinoamericanos, especialmente aquellos que pudieran enfrentar futuros problemas para la sostenibilidad de su deuda pública. La recomendación del FMI es que en ese proceso tenga prioridad el gasto social y en infraestructura.
En conclusión, las perspectivas económicas globales empeoraron en 2013, principalmente por la falta de una solución duradera al problema fiscal en EU y aunque la economía de varios países de la eurozona tendió a estabilizarse, la mejora esperada para 2014 no permite todavía asegurar que ya no habrá un nuevo tropiezo para la economía global y, desde luego, para la nuestra.