La coalición política encabezada por el primer ministro de Kenia dijo el jueves que el recuento de votos para proclamar al ganador de los comicios presidenciales "carece de integridad" y debería ser detenido, pues considera que algunos resultados han sido falsificados.
La coalición del premier Raila Odinga — uno de los dos principales candidatos — indicó que el recuento debería ser iniciado de nuevo utilizando documentos primarios de las casillas electorales.
El presidente de la comisión electoral dijo que no hay forma de alterar los resultados y que los resultados finales serán anunciados el jueves por la noche o el viernes. El viceprimer ministro Uhuru Kenyatta llevaba una considerable ventaja sobre Odinga el jueves por la tarde, aunque sólo habían sido contabilizados menos de la mitad de los centros de votación.
Kenia realizó el lunes su primeros comicios nacionales desde el 2007, en los que ataques entre tribus dejaron más de 1.000 muertos. Desde el lunes han ocurrido protestas menores, pero sin violencia generalizada ni étnica. Sin embargo, con el transcurso del tiempo y sin el anuncio del resultado final, las tensiones van en aumento, lo que ha desatado temores de que ocurra otro derramamiento de sangre.
Aunque el partido de Odinga dijo que sigue exhortando a que se mantenga la "calma, tolerancia y paz", su llamado para que se suspenda el conteo de votos y las denuncias de fraude podrían agitar a sus seguidores. El vicepresidente Kalonzo Musyoka, compañero de fórmula de Odinga, dijo que el anuncio "no es un pedido de manifestaciones masivas".
Los partidarios de Odinga creyeron en el 2007 que les robaron la victoria frente al presidente Mwai Kibaki. Por ello se lanzaron a las calles y protagonizaron dos meses de violencia que, además de los enfrentamientos étnicos, derivaron en la muerte de más de 400 personas cuando la policía disparó sobre los manifestantes.
Un informe gubernamental del 2008 dijo que el resultado fue tan manipulado que resultaba imposible establecer quién había ganado.