Democracia
Empezaron las campañas políticas y con ellas las propagandas, las declaraciones, las recriminaciones y demás cosas que ya estamos padeciendo. Padeciendo porque el último a quien se toma en cuenta es a la sociedad...
... y la que menos participa, actuando precisamente en contra del concepto mismo de democracia. Aristóteles consideraba la democracia (etimológicamente gobierno del pueblo) como una de las tres formas de gobierno (monarquía, aristocracia, democracia). Actualmente se refiere más que al sujeto de la autoridad, a la efectiva participación del pueblo en el poder. Por tanto, una simple cruz en un papel es reducir la democracia a su más mínima expresión. Por otro lado esta pequeña participación es ya algo tan importante, que es precisamente lo que está en disputa por parte de los partidos. ¿Si ese pequeño acto es tan importante, se imaginan si hubiera más participación de todos?
En una democracia todos somos políticos y decir que han fallado los políticos es declarar que nosotros hemos fallado. Algunos quieren hacernos creer que nosotros no podemos y que es mejor dejar a cierta clase el poder lo que es una clara renuncia a la democracia. Es una monarquía o tiranía disfrazada. Precisamente la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), busca que el poder no se concentre en unos cuantos. Los que elegimos en esos poderes deben ser pues "representantes" nuestros, incluyendo a los legisladores locales y federales que manejan una parte importante del poder como son las leyes. Vigilar a los legisladores, elegirlos bien y estar atentos a las leyes que se aprueban es también parte de nuestra obligación de "ser políticos".
Somos actores y no simples espectadores. La exclusión y la marginación muchas veces empiezan por nosotros mismos que nos hacemos a un lado. El poder es básicamente una forma de relación entre personas o grupos que se ejerce cuando un sujeto activo (individual o colectivo), logra modificar o controlar la conducta de un sujeto pasivo, también individual o colectivo. Esto significa que las relaciones las construimos siempre desde una posición social de mayor o de menor poder. Es contradictorio que en las disputas por el poder, seamos tan poco considerados nosotros. Las famosas "reformas estructurales", tan traídas y llevadas en este inicio de sexenio, buscan intereses particulares; el "pacto por México" dista mucho de ser "por México". En la reforma educativa se ven muchos actores. Gobierno, secretarías, sindicatos, pero los padres de familia son los últimos en ser tomados en cuenta. ¿No son los padres de familia los primeros educadores de sus hijos y el estado sólo subsidiario de este deber? ¿Si son los primeros responsables por qué no se siente su participación en la reforma, en su aplicación, en su revisión o incluso en su rechazo? Termina descuidado y olvidado el objetivo esencial de la educación, que es la formación de la persona, para hacerla capaz de vivir en plenitud. Es poca la demanda de una educación auténtica por parte de los padres de familia.
Sorprendamos a los que piensan que seguimos siendo ignorantes y por tanto manipulables. Elevemos nosotros la calidad y nivel de las elecciones, dejémosles saber que no somos "comprables", que sabemos más de lo que nos dicen sus campañas, que sabemos leer entre líneas y descubrir engaños, que tenemos una visión amplia que no se deja enajenar por la telenovela, el concurso o el partido de futbol. Que no elegimos ignorantes porque no somos ya ignorantes ni "manipulables". Que queremos pensar bien nuestro voto, pero también cuidarlo y exigir el cumplimiento de promesas. Que estamos buscando gobiernos de calidad y los exigiremos como ciudadanos que conocen sus derechos, saben reclamar y sugerir y ser parte de la solución de cada problema, llegando a mejoras prácticas y a participar en estrategias generales que incluyan no sólo a cada municipio sino a la región Lagunera. Ciudadanos confiables, comprometidos con un código ético y un método científico. Que sabemos usar los medios de comunicación virtuales para hacer observaciones y reportes ciudadanos. Que necesitamos seguridad, iluminación en calles, igualdad de género, combate a la pobreza, empleo, desarrollo de iniciativas de energía alternativa, protección del medio ambiente, un marco legal aplicado, un gobierno confiable, abierto, con verdaderos líderes que promueva la participación ciudadana y no el paternalismo el populismo o el clientelismo.
El desarrollo integral de La Laguna tiene indicadores concretos que abarcan diversas áreas. Los intereses de nosotros los laguneros trascienden los intereses políticos que son para nosotros sólo medios para el bien común. Las elecciones son la manera civilizada de ponernos de acuerdo para un proyecto común que aglutina a simpatizantes de distintos partidos, empresarios, ambientalistas, jurídicos, deportistas, trabajadores de la salud, educadores, ONGs, Iglesia, y cualquiera que aporte su servicio. En esta manera de hacer política y exigir calidad del gobierno los jóvenes contribuyen con su energía, ganas de cambio, uso de herramientas y creatividad. En esta línea se va perfilando ya un observatorio metropolitano de la Laguna. Este ambicioso proyecto expresa sus perspectivas de un desarrollo integral evaluando constantemente 39 elementos o indicadores concretos que expresan el grado de calidad y dan una visión muy pormenorizada de cómo está trabajando el gobierno (Similar a los controles de calidad de las empresas o instituciones).
No podemos ser apolíticos, pues eso es lo que nos llevó a dejar a otros el gobierno y a vivir la crisis que estamos padeciendo. Tampoco se trata de hacernos antipolíticos y culpar a los político de hacer mal lo que nosotros no hicimos. Todos somos políticos. Aristóteles diría que somos "homo politicón"; necesitamos ser políticos con convicción, con participación, con preparación, conscientes, con virtudes que aplican la ética a lo político para crear mejores instituciones. No podemos vivir solos. Nos necesitamos en solidaridad y la política es la manera de vivir esta solidaridad. No faltará quien quiera disuadirnos de esa participación, los que ganan con nuestra ignorancia no estarán de acuerdo con nuestro despertar. Poderes que lucran con nuestra apatía, medios de comunicación que, como decaía Malcolm X "nos harán amar al opresor y odiar al oprimido", Habrá quien querrá cambiarnos nuestro derecho a gobernar por un plato de lentejas, por un espectáculo en directo desde el otro lado del mundo. Por un sueño, por una parodia, por una telenovela… A fin de cuentas lo que buscan es que las cosas sigan como están.
Pero las personas libres no vamos a esperar que las cosas cambien. Las vamos a cambiar nosotros. No vamos a preguntar qué va a pasar, vamos a ver qué hacemos para que pase lo que queremos. Los verdaderos enemigos de la democracia son la miseria y la ignorancia y quien las promueve va en contra de la democracia. Piénsale.
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