Una sola familia humana
Alimentos para todos
Las fiestas decembrinas despiertan en todo el mundo sentimientos y acciones que ennoblecen a la persona en todas las latitudes del planeta, pero muchas veces se contamina con un carnaval de consumismo, comilonas y en muchas personas pobres el contraste es grande. La mitad del mundo muere de hambre y la otra mitad de obesidad. Para solucionar el problema alimentario no bastan acciones aisladas que sólo engañan la conciencia al realizar "limosnas" poco efectivas que muchas veces en vez de ayudar perjudican.
Con el objetivo de terminar con el hambre en el mundo, Caritas Internacional ha lanzado el día 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, una campaña mundial para erradicar el hambre en el mundo para el año 2025.
El escándalo del hambre es manifiesto en nuestra patria que tiene un deshonroso segundo lugar mundial en obesidad y en nuestra región el primer lugar mundial en obesidad infantil y al mismo tiempo un alto nivel de hambre y desnutrición. En el siglo XXI, en el que la ciencia y la técnica hacen alarde de su desarrollo, y en el que la inmensa mayoría de los pueblos reconocen la relevancia de garantizar los Derechos Humanos, el mundo vive con el escándalo de mantener a casi mil millones de seres humanos en condiciones de hambre, pese a que la tierra ofrece suficientes alimentos para todos. Esta cifra significa que uno de cada ocho habitantes de la Tierra sufre de una nutrición insuficiente para realizar sus tareas diarias y procurar su propio desarrollo. En México, 27 millones de personas carecen de una alimentación adecuada (Coneval, julio de 2012)1, de los cuales sólo 7 millones están recibiendo atención especial por parte del Gobierno (Sedesol)2.
Con la bendición del Papa Francisco y su exhorto a compartir el pan y a cuidarlo, Caritas Internationalis, a través de sus 164 organizaciones miembro, lanza su campaña "Una sola familia humana, alimentos para todos", con el profundo deseo de erradicar el hambre en el año 2025. El esfuerzo implica dar testimonio de que la opción preferencial por los pobres no es un eslogan de la Iglesia, sino una acción concreta por devolver la dignidad a nuestros hermanos que viven privados de alimentos suficientes y de buena calidad. Por ello, la Pastoral Social- Cáritas Mexicana, invita a toda la población con capacidad de ayudar, creyentes o no, a los representantes de los tres niveles de Gobierno; a empresas y a instituciones públicas y privadas de diversa índole a sumarse a este esfuerzo.
Se trata de que todos nos comprometamos resueltamente frente a este escándalo que provoca una mayor desigualdad social. Se trata de cambiar el corazón del mundo, más que de una campaña de recolección de alimentos. El Papa Francisco, apoyando esta campaña, invita a movilizarse, a transformar y participar todos, creando conciencia sobre el Derecho a la Alimentación, a reducir el número de personas con hambre y a hacer que los pobres influyan en la toma de decisiones. Se trata de ser más conscientes de nuestras elecciones alimenticias que frecuentemente significa desperdiciar y usar mal los recursos a nuestra disposición.
El mensaje para todos es vencer nuestro egoísmo y compartir lo que tengamos. Significa despertar nuestra conciencia a la corresponsabilidad, a no desperdiciar alimentos, señalar y denunciar la injusticia y explotación que sufren los más débiles; exigir mejores programas y mayores presupuestos para incentivar la producción agropecuaria y darle vida al campo; compartir con los campesinos los conocimientos de producción, transformación y distribución de los alimentos que nos da la tierra, enseñar a las personas las técnicas de conservación de los mismos y buenos hábitos de alimentación, que prevengan la desnutrición y la obesidad, así como hacer incidencia ante las autoridades y representantes del pueblo para que promuevan leyes justas que garanticen el derecho humano a la alimentación.
Hay muchas otras opciones que con imaginación y creatividad podemos emprender para hacer sentir a los más desprotegidos nuestro amor fraterno y no humillarlos como infortunados beneficiarios de una limosna o una dádiva, sino hacerlos sujetos de su propio desarrollo. Sanar el hambre no es sólo mitigar las consecuencias de estructuras económicas injustas. Se trata más bien de transformar esas estructuras para terminar con la injusta distribución de los bienes.
"El Señor nos ha enseñado a orar para pedir nuestro pan de cada día. Esta oración, sí es verdadera, debe impulsarnos a compartir nuestro pan y a no seguir tolerando que las personas que nos rodean se vean privadas de alimento", dice Monseñor Óscar Andrés Cardenal Rodríguez, presidente de Caritas Internationalis en su invitación a compartir este esfuerzo. En conjunción con esta campaña internacional, Cáritas Diocesana de Gómez Palacio, además de otras acciones en esta línea, tiene ya muy avanzada la construcción de un banco de alimentos que será una buena manera de evitar el desperdicio, hacer conciencia de la situación y enseñar a la recta alimentación. El trabajo no es fácil y siempre hace falta apoyo económico y de voluntariado (más información al 7-23-51-55). La misión de Cáritas es irradiar la justicia y la caridad, se invita a tener acciones de respuesta significativas, para terminar con el hambre y contribuir a erradicar la pobreza por caminos de paz, somos una sola familia y podemos hacerlo. Que este tiempo de Navidad sea un tiempo de dar, más que de pedir, que cada día demos más de nuestra persona, de nuestra disposición, de nuestro deseo de ayudar efectivamente y no solo con limosnas ¿Quieres tú unirte?".
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