Hoy es día de los Santos Reyes. Esta fiesta en algunos lugares es más importante que la Navidad, pues en ella el Niño Dios nacido en Belén fue percibido apenas por unos pastores (y eso, gracias a los trompetazos de los ángeles que le dieron el anuncio), pero ahora se celebra la manifestación a todas las naciones, que es el significado de "Epifanía del Señor", que es como se conoce universalmente esta fiesta.
Estos personajes representan a todo hombre en búsqueda de Dios en cada época y en todas las latitudes. De ahí que en estos personajes están representados las diversas razas, las diversas edades y los diversos orígenes. El hecho de que se consideren tres se basa en los regalos que llevaron (oro, incienso y mirra), pero en ninguna parte se dice cuántos eran. Tampoco dice que eran reyes. La tradición los hace tales basada en el texto del salmo: "los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones"(salmo 71). Sí se dice que son magos, pero no en el concepto que tenemos hoy de "abracadabra" de espectáculos y fiestas, sino porque eran unos sabios de oriente observadores de las estrellas. Sin embargo, estos magos son reales porque nosotros, los buscadores de Dios somos reales.
¿Cómo podemos percibir a Dios si él no se manifiesta? Un muchacho de 10 ó 12 años en su búsqueda decía que Dios no existe y que el mundo lo hicieron unos alienígenos de la quinta dimensión. Es normal intentar percibir esta realidad que, aunque escapa a la percepción de los sentidos, nuestra naturaleza humana tiene dentro de sí misma una apertura a la divinidad que necesita descubrir para responder a los grandes cuestionamientos de la existencia, del origen y de destino "me hiciste para ti, y mi corazón esta inquieto hasta que descanse en ti" (san Agustín). Pero esta sed de eternidad no será saciada, sino por Dios mismo, sólo él puede responder al hombre y darle sentido.
Esta fiesta es más que algo mágico e infantil. Es la respuesta a esta búsqueda. La vida personal y comunitaria necesita ser iluminada por esta luz, que puede dar criterios para poder enfrentar con sabiduría y desde otra perspectiva situaciones tan normales como las propias de este inicio de 2013: el predial, la tenencia, el aumento de tarifas de transporte, la distribución y planeación de los recursos personales y de la región conurbada, las elecciones próximas en nuestra región y nuestra participación activa en ellas. La muerte, la enfermedad, la elección de carrera, de pareja…Necesitamos, como los magos, observar otras realidades más allá de los límites de este mundo; luces que orienten, iluminen y den sentido a situaciones personales y comunitarias, que necesitan verse desde la perspectiva de la fe, de los valores trascendentes. El misterio divino ha sido revelado a todos, pero no todos quieren aceptarlo, porque requiere mirar a donde no nos gusta mirar, actitudes nuevas que no queremos tomar, perspectivas nuevas que nos inquietan. No es fácil aceptar el estilo humilde y sencillo del niño Dios que no conseguirá la victoria con la espada ni con poder. Él "será nuestra paz".
Pero el haber dejado de buscar a Dios o buscarlo en donde no se encuentra, nos ha metido en la crisis económica, política y social que estamos sufriendo. Regresar a la dimensión divina, es redescubrir el verdadero sentido del ser humano y esto irá repercutiendo en la vida cotidiana.
El debilitamiento, en la vida práctica, del sentido de Dios es un desafío que cuestiona a fondo la manera como estamos viviendo y transmitiendo la fe. El año de la fe convocado por el papa Benedicto XVI toma en México exigencia de respuesta urgente e inaplazable, pues es este alejamiento de Dios lo que resume las complicadas y múltiples causas de la violencia. La insuficiencia de la fe explica en gran manera la crisis de inseguridad, el alto índice de corrupción, la apatía de los ciudadanos para construir el bien común y las distintas formas de una violencia, que llega a ser homicida. Todo ello es diametralmente opuesto a la propuesta de Vida Nueva que nos hace el Señor Jesús. La visión global del hombre y de la humanidad que ofrece una fe auténtica podrá colaborar en la prevención, acompañamiento y animación de la sociedad civil responsable.
Una persona en medio de la oscuridad de la noche en un bosque lleno de peligros, actúa muy diferente si a lo lejos ve claramente la luz de la cabaña que puede darle refugio. Esa es la fe: una luz para el hombre que, sin ella, está perdido. ¿Que respuestas tienes ante tus preguntas sobre Dios? ¿Cuáles son las "estrellas", personas o acontecimientos que dan sentido y orientación a nuestra vida? ¿Estamos siendo una "estrella" que guía a otros (hijos, alumnos, amigos…)? ¿Estamos abiertos al misterio divino? Hay muchos perdidos en el bosque que no saben en donde está la casa iluminada. Todos necesitan esa luz para que las tinieblas no los desvíen. El misterio del hombre se esclarece en el misterio de Dios. Seamos esos magos de oriente iluminados y que iluminan. Que entienden la universalidad de la salvación y promueven esta universalidad.
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