Miguel Herrera aseguró que su homólogo atlantista, el argentino Ricardo La Volpe, de ninguna manera es un mercenario. (Jam Media)
Cada entrenamiento bajo la seria mirada de Ricardo Antonio La Volpe significaba una enseñanza para Miguel Herrera, aunque lo verdaderamente apreciado por el "Piojo" se dio fuera del campo.
Orgulloso de la formación teórica que tuvo, el entrenador del América niega ser discípulo del hombre que mañana por la tarde será su adversario estratégico. Lo que les une es simple y transparente amistad.
"La Volpe no es mi maestro, porque hay maestros de la escuela de los que ni me acuerdo... Y de él sí recuerdo perfecto que es mi amigo", aclara. "Sí tengo muchas cosas que aprendí con él como jugador y que hoy en día pongo en práctica".
"[Pero] no es el único, porque no sólo a él le aprendí cosas positivas para ponerlas a prueba, con mi gusto por el futbol. Hoy, trato de darle un sello característico a los equipos sobre cómo soy, pero siempre he reconocido que mucho de lo que hago en la cancha es lo que, como jugador, le aprendí a Ricardo. Prefiero decir que es mi amigo, porque siempre te vas a acordar de ellos".
Lazo tan fuerte como honesto, por lo que no duda en defenderlo. Más allá de que la imagen extracancha del Bigotón no es la mejor, debido a su agrio carácter, el ex defensa niega que haya mutado en un personaje al que sólo le interesa aprovecharse de su pasado para tener beneficios económicos.