A un mes del embate de la tormenta tropical Manuel, las playas de Acapulco lucen limpias de basura pero vacías de visitantes; por lo que los gobiernos federal, estatal y local sumaron esfuerzos para atraer turistas.
En un recorrido por las playas del puerto, el ruido que prevalece es el de las olas, pero no el de los niños y los turistas en un día común de este lugar; lo que afecta a los comerciantes como Ausencio Flores, quien manifestó que a duras penas vende dos llaveros al día.
Con desolación, Flores, quien era poblador de La Pintada, ahora tiene que dormir cerca de la playa de Acapulco, ya que su casa quedó destruida.
Este hombre manifiesta su esperanza de que mejoren sus ventas y con ello sus condiciones de vida, aunque se pregunta “¿A quién le vendo? ante la falta de paseantes.
Por separado, el vocero de la Alcaldía de Acapulco, Ricardo Castillo, explicó que desde los primeros días de la contingencia se empezaron a limpiar las playas, de las cuales se sacaron hasta 250 toneladas por día.
En entrevista con Notimex, indicó que en estos momentos sólo se recogen de las playas 90 toneladas diarias, lo que representa que se alcancen pronto los niveles cotidianos de 60 a 70 toneladas de basura al día.
En este marco, externó la importancia que la gente sepa que la zona turística hoy prácticamente está intacta; sólo se cerró la comunicación durante tres horas al inicio de la tragedia; pero "en ningún momento se paró la actividad turística".
Sin embargo, lamentó que pese a que las calles y playas brillan de limpias, la ausencia de turistas es evidente.
Por ello, consideró que es importante dar a conocer el esfuerzo conjunto de autoridades, empresarios y sociedad civil para impulsar lo más pronto posible la reconstrucción de Acapulco y el resto del estado, a fin de que los paseantes regresen y con ellos el dinero.
El funcionario local resaltó que por tal motivo los tres órdenes de gobierno y los hoteleros impulsan medidas como hospedaje al 2x1 y el libre tránsito por la Autopista del Sol sin costo hasta nuevo aviso.
Admitió que actualmente la ocupación hotelera es de 30 por ciento, es decir, "no estamos por los suelos"; y confió en que se recuperen en el próximo puente de Día de Muertos y llegue a 60 por ciento.