El 23 de julio de 1950, el Lic. Miguel Alemán Valdés, Presidente de la República y don José Ramón Valdés, Gobernador Sustituto del Estado de Durango, cristalizaron el antiguo anhelo de los integrantes del Auto Club de La Laguna, al inaugurar el flamante bulevar "Presidente Alemán" (con ese nombre se le denominó, según texto de la placa alusiva, ya desaparecida)...
... lo que constituyó propiamente el arranque modernizador de Gómez Palacio y de Lerdo, que hasta ese entonces no contaban con ninguna vialidad de tan grandes dimensiones.
Su parte correspondiente a Gómez, se planificó y estructuró con vialidades laterales en todo su trayecto, hasta conectar con el puente que nos simboliza. No sucedió lo mismo con Lerdo, ya que por aquellos años el bulevar se encontraba flanqueado por sembradíos, salvo al poniente, donde se ubicaban la Cervecería Sabinas, el Vivero y el Campo de Polo (actualmente ocupado por los centros escolares). Posteriormente, al urbanizarse ese sector, sólo se abrió una calle lateral por el lado oriente, no así por el lado opuesto, que escasamente cuenta con dos pequeños tramos, uno a la altura de la colonia Magisterial y el otro frente a las oficinas de SAGARPA.
El Auto Club de La Laguna, fue constituido particularmente por los contados propietarios de vehículos automotores existentes en los años veinte. Su finalidad fue habilitar el camino real con trabajos de compactación y una capa de chapopote, a partir de lo que ahora es el Parque Victoria de Ciudad Lerdo; de ahí seguía una trayectoria por entre las alamedas que partían en dos los campos de labranza, y atravesaba la parte sur de Gómez Palacio, para entroncar con el vado que conducía a la ciudad de Torreón. Ni más ni menos que la ruta de las añoradas "Mañanitas de abril".
El puente sobre el cauce del río Nazas, cuya estructura metálica constituye nuestro emblema lagunero por excelencia, se inaugura el día 20 de diciembre de 1931, y es producto del tesón, la enjundia y la generosidad de los laguneros de ayer, que encabezados por los representantes del comercio, la industria, la banca y demás organizaciones civiles, y con el apoyo de la prensa ("El Siglo de Torreón" se significó en esa jornada), y de los gobiernos de Coahuila y Durango, se plantearon el reto: "Habrá Puente, coopere Usted".
Con la puesta en servicio del Puente (sobre el cauce que, más que dividir, une a las tres ciudades laguneras), se dio un gran paso en el renglón de la comunicación vial; se erradicaron los problemas que ocasionaban las "aguas broncas", esto es, las incontrolables avenidas del río Nazas (todavía no se construían las presas Lázaro Cárdenas ni la Francisco Zarco), que en temporada de lluvias, durante semanas impedían el flujo de vehículos y de personas a través del vado, en detrimento de todas las actividades: Agricultura, comercio, industria, banca, Etc. El ferrocarril y el tranvía eran los únicos medios de transporte, a salvo.
Actualmente en el bulevar "Alemán", precisamente a la altura del paso a desnivel conocido como el 11-40, se están realizando obras de ampliación para integrar sus vialidades laterales al desnivel y uniformar a 4 carriles sus dos sentidos de circulación, de conformidad con el proyecto original. Esa obra reivindicadora, dignifica a Gómez Palacio y a La Laguna, y a quienes la promovieron, sin lugar a dudas.
El inconveniente que resulta de tales obras, es que los laguneros del lado de Durango, no vemos para cuando se terminen y, con ello, también las incomodidades y pérdida de tiempo que trae aparejada esa demora.
Debe tomarse muy en cuenta, que ya tuvimos dos experiencias inolvidables, acontecidas en nuestro bulevar: Una, cuando se construyó el puente innecesario o trunco, como usted le quiera llamar, para evitar el obstáculo del tren (maniobras que pudieron haberse programado por la noche), a la altura del Teatro Alberto M. Alvarado, cuya obra demoró más de un año, ¡Puff! , y la otra en Lerdo, al construirse el paso depresivo a la altura de la Unidad Deportiva, que amén de las pifias y la tardanza en su construcción, elevaron enormemente su costo. Al final la obra engendró un elefante blanco.
Ojalá el nuevo Ayuntamiento de Gómez Palacio, a quien le toca velar por los intereses de los gobernados, no obstante que la obra no está a se cargo, les pique las costillas a los responsables de la ampliación del Bulevar y, más pronto que ya, sea reanudado el flujo vehicular por debajo del puente del 11-40. No descartemos la posibilidad, ahora que el buen San Isidro Labrador ha escuchado nuestros ruegos y enviado las benditas lluvias, la sorpresa de una avenida extraordinaria, a través del viejo cauce del Padre Nazas, y queden inhabilitados los vados.
Regresando a la tierra de la nieve de "Chepo", insistiremos en que la más factible alternativa que tiene la Ciudad Jardín para desarrollar una zona comercial, es precisamente en el bulevar Alemán. Lamentablemente, una vez estropeada la fluidez en su única calle lateral, se produjo el cierre de puertas de algunos negocios; los locales comerciales abandonados y emborronados de grafiti, hablan por sí solos. En el centro comercial antiguo, lo angosto de sus calles, el hacinamiento de taxis, y los mil pretextos que se gastan los lerdenses para cerrar la circulación por cualquier celebración, inhiben la presencia de clientes domiciliados en la parte norte de la ciudad, que prefieren irse de compras a las otras dos ciudades.
Es necesario que don Luis de Villa Barrera y su equipo de trabajo se acerquen a las personas que tienen sus hogares y negocios por ese rumbo, y escuchen sus propuestas. La administración anterior y, en especial su presidente, eran alérgicos, no sólo a escuchar, sino a atender las demandas de la población. Seguramente entre los ciudadanos de la colonia Villa Jardín, surgirán algunas ideas interesantes para que pudiera florecer, primeramente un corredor comercial y de servicios, y en el futuro un gran desarrollo mercantil. Hablando se entiende la gente.
Ahora que tocamos el tema del bulevar en el sector lerdense, es momento de sincerarnos y aceptar públicamente que nuestra corta inteligencia no alcanza a comprender, el ¿por qué, mientras que en Gómez Palacio, se promueve su ampliación a 8 carriles, en Lerdo se angosta hasta hacerse infuncional su única vialidad lateral, mediante la aberrante construcción del paso depresivo a la altura de la Unidad Deportiva? ¿Qué Lerdo sigue siendo una ciudad del siglo XIX? ¿O será que está al margen del desarrollo regional? ¿O qué? Se las dejo de tarea.
Pasando a otro tema, deseo agradecer a mis amables lectores, damas y caballeros, el tiempo que le destinan a la lectura de mis crónicas, sus atentos comentarios y sus valiosas aportaciones, que semanalmente se ven reflejadas en estos renglones. Hoy se completan 52 colaboraciones dominicales consecutivas. Un año, haciendo presencia en estas hospitalarias páginas del diario lagunero Defensor de la Comunidad. Gracias, por la invaluable oportunidad que se me brinda.
En breve pondremos en sus manos un libro que recoge una selección enriquecida de los artículos publicados, por lo que convocamos a nuestros lectores para que nos proporcionen, a través de correo electrónico o directamente, fotos y datos, que pudieran complementar nuestro trabajo. No escatimaremos el correspondiente crédito a quienes colaboren para tal fin.
En próximas entregas intentaremos realizar microhistorias de los barrios y sus personajes, particularmente de las décadas de los cincuenta y sesenta, por lo que aceptaremos invitaciones para platicar con pequeños grupos que tengan interés en relatar sus vivencias. Nos encontramos el siguiente domingo, D. M. Agur.
P.D. El día de ayer, los amigos del Barrio de Las Banquetas Altas, lamentamos la pérdida de uno de los nuestros, Rafael Gallegos Huerta, quien durante cinco años lidió contra fatal enfermedad, afrontándola con admirable valor y profunda fe, sin dejar de trabajar ni de sonreír. Hasta luego, Peloncito.
hravendano472003@yahoo.com.mx