Súpercarretera Durango-Mazatlán.
Ahora que se ha franqueado nuestra más cercana puerta al mar (ya la quisiera Bolivia, país que lucha por oportunidad semejante con Chile, desde 1879); que nos acerca el puerto de Mazatlán, los laguneros de Durango, debemos avocarnos con entusiasmo y gran visión a recibir la avalancha de visitantes y convoyes cargados de mercancías y de oportunidades.
Nunca como ahora, se antoja prioritaria una jornada solidaria (¡sí se puede!, está fresco el ejemplo colosal de Laguna Yo te quiero), donde todos jalemos parejo para presentar un rostro solidario y amable, que invite a propios y extraños a invertir en esta región privilegiada por su estratégica ubicación, que facilita las comunicaciones centro-norte del país.
Viéndola con optimismo y deseo de superación, la oportunidad actual se equipara, de alguna manera, a la llegada del tren hace 130 años (septiembre de 1883), que revolucionó de manera extraordinaria el transporte de personas, productos de la agricultura y otras mercancías, que dieron pie al desarrollo industrial y comercial que nos acarreó renombre nacional y mundial, como Comarca Lagunera.
La crisis que nos agobia en todos los renglones sociales: Inseguridad, corrupción burocrática, desempleo, deficiencia educativa, etc., no debe ser obstáculo, sino acicate que nos impulse a salir del atolladero. Los laguneros somos gente de empuje que no nos doblamos a las primeras de cambio. Es ahora o nunca.
Durango Capital, se fue preparando con anticipación para recibir con una desproporcionada renovación de su imagen citadina, la oportunidad que acaba de llegar; nosotros, nos quedamos esperando que nos dieran lo que legítimamente nos corresponde y no ha llegado la fecha en que se le haga justicia a esta región, que produce la mayor parte de la recaudación fiscal que alimenta al Estado.
Quienes han ostentado la representación popular de los municipios de La Laguna duranguense, en la última década, incluidos los legisladores de carácter local y federal, se han quedado callados ante el deterioro y la marginación que sufren nuestras urbes, otrora sonrientes y progresistas. No hay justificación para callar o consentir semejante desproporción en las inversiones que se reservan a la capital de Estado, en relación con lo que se les asigna a los municipios. ¿O estoy equivocado?
Los legisladores debieron prever una serie de leyes que incentiven la creación de espacios para el fomento de la industria, el comercio y los servicios, que serán demandados en el futuro, merced al flujo extraordinario de personas y mercancías, así como por las inversiones que traerán aparejadas. No quisiéramos que se repitiera la historia del hermano municipio de Cuencamé (en antigüedad nos gana a los laguneros), que por falta de apoyos, se convirtió en una población de pasada; su gran industria urbana, fueron las gorditas y otros alimentos. Una vez abierta la autopista Durango-Gómez Palacio, ni eso les quedó.
La historia antigua de Gómez Palacio y de Lerdo, nos refiere que en las postrimerías del Siglo XIX, esto es, cuando llega el ferrocarril y con él las grandes industrias que le dieron el calificativo de Ciudad Industrial, a la primera de las mencionadas, el Congreso del Estado de Durango, estableció un sistema arancelario para La Laguna de Durango, tan gravoso, que propició que el comercio floreciera en el lado de Coahuila. Así surge Torreón, sin competidores. ¡Le torcimos el pescuezo a la gallina de los huevos de oro!
Quien no conoce la historia está expuesto a repetir los errores del pasado.
Aunque propiamente ya tenemos encima a quienes pudieran necesitar de parte de nuestra región y de nuestra gente, algún servicio, no es tarde para enderezar acciones y ganarle tiempo al tiempo, reactivando viejos proyectos y creando nuevas expectativas de desarrollo. Contamos con experiencia en la promoción industrial, el comercio y los servicios; no sería ociosa una campaña publicitaria aprovechando los nuevos canales que alienta la magia del internet y los tradicionales medios de comunicación.
Señores presidentes municipales, señoras y señores legisladores locales y federales, señores directivos de las Cámaras de la Industria de Transformación, del Vestido, del Comercio, de los ramos Agropecuario y de Servicios, de La Laguna de Durango, no hay tiempo que perder: A gestionar ante los tres niveles de gobierno, lo que es menester para aprovechar la oportunidad que no espera, ni se repite. Oportuna resultaría la convocatoria a un foro regional en el que se planteen las perspectivas que ofrece la apertura de la Autopista Durango-Mazatlán.
Ojalá que el Gobierno del Estado de Durango, suministre a la brevedad los recursos para solventar el adecuado mantenimiento de la infraestructura urbana del Parque Industrial Lagunero (pavimentación, reposición de redes hidráulicas que datan de hace 40 años, drenaje sanitario y pluvial e iluminación), que fue nuestro carnet de identidad por mucho tiempo y que ahora, nos apena verlo hecho un desastre urbano. Urge el establecimiento de una dependencia estatal, con asiento en La Laguna, que se encargue de promover el desarrollo económico en todos sus órdenes.
No estaría por demás que se culminarán, por fin, los trabajos del Periférico Ejército Mexicano, cuya última etapa lleva dos sexenios en ejecución. Esta importante vialidad en temporada de lluvias, lo que actualmente se puede constatar, presenta peligrosas lagunas sobre su carpeta asfáltica, debido a su deficiente nivelación. Asimismo, se antoja urgente, la intervención directa del gobernador del Estado, para que se allanen los obstáculos que están difiriendo el funcionamiento de la Zona de Conectividad, y se motive a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para que amueble y equipe el edificio, ya concluido, de la Aduana Interior.
Que no nos cautive el canto de las sirenas. Mazatlán nos queda a tiro de piedra para ir a echarnos un clavado, pero eso, eso es lo de menos; nosotros le quedamos a Mazatlán a cinco u ocho, horas de viaje, según sea en automóvil o camión de carga, y lo importante sí es, que nos acomoda la posibilidad de aprovechar esos vehículos con sus viajeros y sus cargas para ofertarles una amplia gama de servicios, cuyo límite lo determina nuestra propia imaginación.
Nuestros jóvenes, técnicos y profesionistas, egresados de las múltiples instituciones de educación superior que pueblan La Laguna, dispersos en actividades muy por debajo de su preparación académica o víctimas del desempleo, nos reclaman una oportunidad de trabajo. Evitemos la fuga de cerebros, que son factor de cambio y de progreso.
A trabajar todos, a gestionar, a romper inercias, a abrir puertas. Ha sonado una nueva y, quizá, última campanada. Nos encontramos el siguiente domingo, D. M. Agur.
P. D. El Museo Comunitario Xiximes, A. C., está de manteles largos. Sus directivos invitan al Acto Inaugural de su nuevo edificio ubicado en Allende 453 norte, en el mero Barrio de Las Banquetas Altas de Gómez Palacio, el próximo sábado 26 de octubre a las 4:00 de la tarde. Habrá nuevas exposiciones.
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