En la gráfica, tomada el día de ayer, se aprecian los trabajos de colocación de adoquines color naranja en las banquetas exteriores al edificio del Ayuntamiento de Lerdo, Dgo.
En el ánimo de elevarla a categoría de Pueblo Mágico, la ciudad de Lerdo, Dgo., se ha convertido en una víctima más de la maldición del 'adoquifesio'. Las banquetas correspondientes a las antiguas Casas Consistoriales (1866) [flanqueadas por el emblemático Reloj del Minarete (1889) y la Parroquia con advocación al Sagrado Corazón de Jesús (1895-97)], construidas con baldosas de mosaico al cemento en colores vivos y con diseño antiderrapante, están siendo sustituidas por unos adoquines de color naranja, más propios de un camellón de bulevar, que de la acera de un conjunto de edificios del Siglo XIX, que por el historial que atesoran deberían ser restaurados con materiales más a tono con su antigüedad y valor patrimonial histórico.
No vayamos muy lejos, baste observar los espacios cubiertos con adoquín para percatarnos del estado que guardan a escasos días después de haberse instalado: Su cara exterior se vuelve opaca con aspecto de desaseo y el recurso obligado es aplicarles pintura, como se acostumbra con los camellones recubiertos con ese material; finalmente, los adoquines adoptan unas tonalidades decrépitas nada parecidas a las del día de la inauguración.
Como muestra palpable, ofrecemos el trágico ejemplo del piso de la Plaza Juárez de Gómez Palacio, que habiendo sido recubierto en los años cincuenta, con mosaico de calidad, idéntico al retirado de la banqueta de Lerdo, también fue sustituido hace unos cinco años y en su lugar se colocaron unos `adoquifesios→ , ahora sucios, desportillados, con tropezones que le imprimen una imagen de abandono, nada agradable. ¡Como me vez, te verás!
La obras de remodelación en los alrededores de la Plaza Principal, para establecer una Zona Peatonal, que comprenden, al parecer, las avenidas Francisco Sarabia y Francisco I. Madero, y las calles Miguel Hidalgo e Ignacio Allende, que constituyen las vialidades troncales del Centro de la ciudad, son motivo de preocupación de los lerdenses, ya que se desconoce el alcance de las mismas y la temporalidad de los cierres de la circulación, por haberse iniciado de la noche a la mañana, sin decir agua va.
Nos extraña sobremanera que no se hayan levantado las voces de los otrora aguerridos lerdenses, que por menos que eso, ya estaban armando mitin en el kiosco o manifestándose por las calles y ante los medios de comunicación. ¿Dónde quedó el ejemplo sellado por los promotores sociales: Profesor José Santos Valdés, Daniel Jáquez, la señora Elvira Porras de Nahoul y muchos más, que sin anteponer el interés personal se entregaban en la lucha por las mejores causas de Lerdo?
Lo que no extraña a los habitantes de Lerdo, por ser lo más común, es que jamás hubo una consulta ciudadana, una presentación de proyectos, una solicitud de opinión a los colegios de Arquitectos e Ingenieros Civiles, a las Facultades del Ramo, que las hay en las diversas universidades de la Región, ni tampoco a las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Desgraciadamente la opinión del pueblo es lo que menos importa a nuestros gobernantes, con tal de transformarlo en pueblo mágico, aunque al final no resulte grato. ¡Tú no tienes voz ni voto, date por ganado con que te hagamos "mágico"! No se me duerman mis lerdenses.
Al respecto entrevistamos al reconocido estudioso del patrimonio histórico y cultural, arquitecto lerdense Leo Roel, quien nos manifestó:
"La actual traza urbana de la metrópolis ribereña del Nazas (Lerdo, Gómez y Torreón), desde su insigne fundación de rancho agrícola-ganadero y su siempre reconocida conectividad… se vio marcada por signos de lo que ahora llamamos globalización. Como muchas ciudades dentro de los Virreinatos de la Nueva España y el del Perú, ciñen su trazo a las Ordenanzas de Felipe II promulgadas en el año de 1573:
"Elegido el lugar, ha de trazarse la planta…repartiéndola por sus plazas, calles y solares a cordel y regla comenzando desde la plaza mayor y desde allí sacando las calles a las puertas (salidas y entradas a la población) y caminos principales dejando tanto compás abierto que, aunque la población vaya en gran crecimiento se pueda siempre proseguir en la misma forma (Ordenanza 111); mismo procedimiento, que tres siglos después, y con un aire contemporáneo empleó don Catarino Navarro de Urías (Primer Jefe Político) para el trazo de la Villa".
Con lo expresado anteriormente, el Arq. Roel, nos deja claro el excelente trazo que tuvo desde sus inicios la ahora Ciudad Jardín, de acuerdo a los cánones clásicos, que olvidados en la segunda mitad del Siglo XX, actualmente cobran vigencia en las ciudades modernas del mundo, en lo que concierne a urbanismo y vialidad.
En lo referente a las fincas o monumentos históricos que circundan la Plaza Principal de Lerdo, nos precisa nuestro entrevistado, que:
"La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, establece una definición que comprende al patrimonio novohispano hasta incluir totalmente los monumentos del Siglo XIX, y que a la letra dice: `Son monumentos históricos los bienes vinculados con la historia de la nación, a partir del establecimiento de la cultura hispánica en el país, en términos de la declaratoria respectiva o por determinación de la Ley→ ". Deduciéndose de tal aseveración, que el edificio del actual Ayuntamiento (1866 planta baja) y sus colindantes deben ser tratados en su calidad de monumentos históricos.
En relación con el adoquín color naranja que se esta instalando en la banqueta exterior del edificio del Ayuntamiento, el Arq. Leo Roel, concluye: "La fachada de la Antigua Casa Consistorial, su abolengo y los colores pastel en su almohadillado ecléctico, producto de su ampliación porfiriana de 1905 (planta alta), con insertos de cantera en sus columnas y balcones, nos marca la colorimetría y textura de los materiales, por lo que a mi parecer, propondría el empleo de adoquín natural de piedras de la Región para enmarcar la categoría que le corresponde a ese conjunto de edificios (Parroquia y Reloj, incluidos), en el marco del 450 Aniversario de Durango, ciudad ésta, que luce esplendorosamente por la adecuada restauración de sus edificios y el cuidado de los pavimentos".
Por su parte, don José Zarzar Gidi, entusiasta empresario de la Ciudad Jardín, nos manifiesta: "Me preocupa que se lleguen a poner topes permanentes a las avenidas y calles, sobre todo a las principales del Centro de la ciudad, sin que previamente se haya realizado un estudio de impacto urbano; lo que pudiera ser perjudicial para el comercio del Centro y para la movilidad de la población citadina, en general. Ojalá la Zona Peatonal, fuera de carácter intermitente, esto es, durante los fines de semana, y que los restantes días se liberara el paso a los vehículos; prohibiéndose, eso sí permanentemente, el estacionamiento de los mismos".
Amigos lectores, en opinión de éste, su modesto cronista, Lerdo no necesita que se le formulen declaratorias o que se le emplasten etiquetas. Desde su nacimiento Lerdo es Mágico; díganlo si no, sus maravillosas huertas donde se daban en abundancia: Higos, duraznos, granadas, nísperos, moras y otros manjares, entre los que crecían un sinnúmero de bondadosas hierbas, particularmente una pequeña, que macerada en alcohol y utilizada como linimento, ahuyentaba las reumas a los militantes de la tercera edad, entre otras siderales cualidades.
Y que me dicen ustedes de las muy apreciadas damas doctoradas en las más prestigiadas Universidades de la Medicina Popular y otras artes: Chila y Concha La Pintada, con sus mágicas pócimas, que les acarreaban más clientela que a El Señor de los Anillos, perdón, de los "chochitos", nuestro buen amigo el doctor Juan Francisco Zavala Madero, ¡y vaya, que ya es mucho decir!
¿Un pueblo más singular que Lerdo? ¡Difícil!, donde hace algunos años, políticos confabulados con otras instancias, hicieron perdedizo y después "lo encontraron" al Santo Niño del Tongo, tratando de emular al muy venerado Santo Patrono de Plateros (y de un servidor), en Fresnillo, Zacatecas, dizque para atraer divisas a través del turismo religioso. ¡Ah Raza!
Y si nos proponemos, no terminaríamos nunca de enumerar la mágica producción lerdense: La cerveza Cruz Blanca, la nieve de Chepo, las semitas de los Rojas y hasta un bellísimo Ángel esculpido en mármol de Carrara que hace milagros a los afligidos enamorados (monumento mortuorio excepcional, actualmente bien conservado en el atrio de la Parroquia del Sagrado Corazón); disculpen, se me olvidaba el Paso Deprimido en el Bulevar Alemán, que nadie, bueno…casi nadie utiliza, y que ha sido postulado para los Records de Guinness, como el monumento más inútil del mundo (entiéndase: Elefante Blanco). ¡Más mezcla Maistro! Nos encontramos el siguiente domingo, D. M. Agur.
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