Finalmente será la Suprema Corte de Justicia de la Nación quien le ponga punto final al pleito entre el Grupo Aeroportuario del Pacífico y el "rey del cobre", Germán Larrea Mota Velasco, en cuyas telas se juega el control del emporio que mantiene 12 terminales aéreas
La razón de que el máximo tribunal de justicia del país atraiga el caso es porque en el fondo se ventila la legalidad de las privatizaciones de activos de la Nación durante los sexenios salinista y zedillista.
Como usted sabe, el esquema planteaba dividir el capital de firmas como Teléfonos de México y los propios aeropuertos en dos series: Una doble B o de control, con un porcentaje mínimo, 4% en el caso de la primera; 15 en el de las segundas, y otra B en opción de voz y voto, pero sin posibilidad de asumir la administración.
La razón se sustentaba en la necesidad de tener certeza de quiénes adquirieran las concesiones, dado que en ambos casos se ponían en juego actividades estratégicas.
En prenda de certeza, en el caso de los grupos aeroportuarios, se plasmó en los estatutos la imposibilidad de que un inversionista en lo particular, sea persona física o moral, adquiriera más de 10% de la serie B, dado que pondría en jaque a los accionistas de control, en su origen dos empresas extranjeras y una nacional, cuyo mayor porcentaje llegaba al 7.5%.
El hecho es que colocado dos años después de la privatización en los mercados de México y Estados Unidos el capital de la serie B del Grupo Aeroportuario del Pacífico de pronto resultó que Larrea Mota Velasco, presidente del grupo México, quien había realizado dos intentos de adquirir el emporio, compró 12% de las acciones en el mercado, reclamando dos asientos en el Consejo de Administración.
La asamblea de socios le concedió uno.
A partir de ahí se inició un pleito que lleva varios años en los tribunales. La empresa alega la vigencia de sus estatutos. Los abogados del "rey del cobre", quien tradicionalmente no da la cara, la supremacía de la Ley del Mercado de Valores que le abre la llave sin límite a los inversionistas para adquirir acciones en circulación.
El caso es que aunque ésta se expidió antes de la privatización del GAP, entró en vigor meses después de consumada.
En el camino, el dueño del Grupo México lanzó una oferta hostil por la totalidad de las acciones de la serie B, ofreciendo una prima mínima adicional al valor de mercado de las acciones, que luego levantó de la mesa, en tanto la contraparte logró de un juez que se prohibiera a las casas de bolsa vender paquetes accionarios que permitieran a Larrea o cualquier otro inversionista alcanzar más del 10%.
Aun así, oficialmente el enigmático empresario, accionista mayoritario de la cadena Cinemex, dueño de dos de los troncales de los exFerrocarriles Nacionales de México, vía Ferromex, acumula ya 30%.
Las señales, empero, apuntan a que la tenencia pedía llegar al 40, lo que lo colocaría en falta, dado que cualquier inversionista que alcance más de 30% de las acciones en circulación de una emisora, está obligado a presentar una Oferta Pública de Adquisición por el resto.
Colocadas las fichas en posición de la jugada final, si la Corte le da la razón al Grupo Aeroportuario del Pacífico, y de pasadita a quienes diseñaron la privatización de los aeropuertos, Larrea estaría obligado a vender el excedente de 10% de su tenencia accionaria.
En caso contrario, el "rey del cobre" le colocaría un jaque mate a los accionistas de control de la firma, es decir el Grupo Mexicano de Aeropuertos y las empresas españolas Abertis y Aena, al tener más capital que los tres juntos.
De hecho, estaría en opción de reclamar prácticamente el control del Consejo de Administración.
Sin embargo, del otro lado de la moneda, el Grupo Aeroportuario del Pacífico reclamaría lo que en la práctica constituiría una expropiación, exigiendo responsabilidades al gobierno.
Como lee usted, pues, la navaja por la que caminan las partes está muy filosa.
La bolita está en manos de la Corte.
BALANCE GENERAL
Abierta la posibilidad de que las empresas privadas nacionales y extranjeras puedan no sólo producir, sino comercializar la energía eléctrica producida, los días de la Comisión Federal de Electricidad están contados.
Como en Estados Unidos, el público podrá optar por mantenerse en la empresa pública o migrar hacia alguna de las 21 productoras independientes que le harán ahora competencia integral, más las que lleguen a la pelea.
Y aunque la CFE seguirá produciendo electricidad, la comercialización será sujeta a subasta pública, dividiéndose el país en regiones. Los ganadores serán quienes ofrezcan menor porcentaje de margen por la tarea.
Sin embargo, seguirá siendo la Comisión Reguladora de Energía quien defina las tarifas.
REVERSA EN MRO
En lo que constituye un nuevo engaño para los trabajadores de Mexicana de Aviación, ahora resulta que los bancos acreedores de la línea aérea, es decir, el Mercantil del Norte (Banorte) y el Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), ya no colocarán en el fideicomiso que concentrará los activos del centro de mantenimiento de la empresa conocido como MRO, los recursos comprometidos.
El segundo sólo acepta entregar 34% del monto ofrecido, y Banorte el 70, lo que de todos modos les da control del fideicomiso, con el 52%.
Naturalmente, al tener menos recursos para operar, MRO tendrá que hacer frente a sus cuantiosas deudas y las de su propia empresa matriz, lo que la empuja un poco más a la quiebra. Se había dicho que los recursos generados por el centro de mantenimiento serían para cubrir el finiquito de los 8 mil 500 trabajadores de Mexicana.
ALSEA AL RIESGO
Quien acaba de contratar operaciones de derivados por 62.3 millones de dólares es la principal franquiciaría del país, Alsea, según ello para matizar los riesgos relacionados a las fluctuaciones del tipo de cambio, tasas de interés e inflación.
Las apuestas caminan en cuatro veredas: Contratos forward sobre tipo de cambio, opciones sobre tipo de cambio, intercambio en tasas de interés y operaciones de swaps, es decir, posibilidad de canjear paquetes de colocaciones de deuda a precio castigado.
En su primer incursión a un mercado del que en 2008 Comercial Mexicana salió raspada, se arriesgaron 27.8 millones de dólares.
Alsea opera marcas como Dominós Pizza, Starbucks, California Pizza Kitchen, Burguer King… y recientemente adquirió los restaurantes Vips, El Portón, Ragazzi y La Finca, que mantiene la cadena Wal Mart.
DUELO VW-NISSAN
Durante el pasado foro de la industria automotriz celebrado en Puebla, dos de las empresas participantes, Nissan y Volkswagen, hablaron del mismo reto: Producir un millón de automóviles en el 2016.
Las empresas se disputan el liderato desde hace varios años.
Con menos pretensión pero con el mismo ímpetu, Audi México planteó una serie de proyectos de inversión que en conjunto alcanzan mil millones de euros, entre ellos la puesta en funcionamiento de su nueva planta en Chiapa, Puebla.
La firma tiene un convenio de producción con Volkswagen.
COBIJA PARA CHUAYFFET
En afán, quizá, de cobijarse ante un escenario de cambio de temperatura política, el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, invitó el sábado pasado a una comilona a los integrantes de la bancada priista durante la anterior legislatura en la que fue su coordinador.
Entre quienes tuvieron lugar en la mesa estaba el secretario de Hacienda, Luis Videgaray; el director general de la Comisión Federal de Electricidad, Francisco Rojas Gutiérrez, y el coordinador actual de la fracción priista en la propia Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón.